
Datos del autor/a:
Nombre: Gabriel Oviedo Ramírez
Sociólogo, Universidad Central de Chile (2019)
Según la Política Nacional de Desarrollo Rural (PNDR) el 83% del territorio de Chile corresponde a zonas rurales y habita el 25,5% de la población. En ellos se desarrollan actividades económicas primarias como la agricultura, la pesca, la silvicultura y la minería, las cuales hasta hoy se constituyen como pilares de la economía nacional (PNDR, 2020), siendo las dos primeras fundamentales para la reproducción de la sociedad.
El Banco Central señala que en 2023 las actividades silvoagropecuarias y pesca correspondieron al 3,5% del PIB, la industria de alimentos un 3,5% y la minería un 11,9%. A su vez un 28% de la población residente en zonas rurales se encuentra en situación de pobreza multidimensional (CASEN, 2022) enfrentando barreras de conectividad, carencia de bienes y servicios, contaminación y riesgos de desastres.
En función de lo anterior, surge el interés de plantear una reflexión sobre la no-presencia de la ruralidad en nuestra formación como sociólogos y sociólogas en Chile. Es necesario incluir con mayor presencia en la malla de formación los conocimientos de la Sociología Rural y las reflexiones sociológicas críticas en torno al desarrollo rural, para formar profesionales integrales y combatir la invisibilización de lo rural/campesino en la formulación de Políticas Públicas de alcance nacional.
¿Cómo no considerarlo relevante si la agricultura es una actividad basal para la reproducción de la sociedad, que por medio de la coordinación de múltiples actores para producir alimentos logra nutrir el sistema agroalimentario nacional? Esta actividad posee estructuras sociales intrínsecamente vinculadas a las relaciones sociales pasadas y futuras, de las cuales depende la alimentación de la población en las grandes ciudades.
Existe una diversidad de posiciones con las cuales abordar el cuestionamiento acerca del cómo producir (o comprar) y distribuir los alimentos en un territorio, las que involucran necesariamente a varios sistemas sociales.
Desde la sociedad civil se ha propuesto como forma alternativa de producción y administración de los productos de la agricultura la soberanía alimentaria. Dentro de la sociedad latinoamericana se posiciona en un contexto sociocultural con un amplio acervo de conocimientos, prácticas de cultivo, cosecha de alimentos endémicos, que permiten visualizar concretamente la posibilidad de alcanzar este objetivo.
Muchas decisiones estratégicas de este sector han sido formuladas por profesionales desde perspectivas en donde la reflexión crítica sociológica podría estar más presente. Las políticas públicas de los últimos años han seguido profundizando las inequidades territoriales y desaprovechando las potencialidades y oportunidades que presentan estos territorios (PNDR, 2020).
El avasallamiento tecnológico de la industria alimentaria y silvoagropecuaria desregulada ha puesto en riesgo el suelo agrícola, la cultura y el tejido social de las zonas rurales, despoblando territorios agrícolas y exponiendo a Chile a una dependencia alimentaria sin precedentes. Si sumamos los problemas ambientales que hemos generado con el curso del desarrollo económico actual, se podría afirmar que estamos minando rápidamente nuestra capacidad para proveer una alimentación cuantitativa y cualitativamente adecuada y libre de contaminación para las futuras generaciones. Quienes sin duda desde el futuro nos dirían; sin alimentos no hay sociología.