Suena el despertador en la mañana y podría resultar extremadamente tentador no levantarse e inventar alguna excusa para no ir a una clase y quizás pasa por tu mente: "si esta clase no es tan importante", "no pasan asistencia", "después me consigo la materia", "¿y si llego a la segunda hora?", entre muchas otras excusas para seguir descansando...
La universidad es muy distinta del colegio en muchos aspectos, sobre todo en términos de la libertad que este cambio implica, pero es necesario entender que dicha libertad implica también mucha responsabilidad, ya que ahora estás por las tuyas y todas las experiencias y logros que alcances sólo dependerían de ti.
En general faltar a clase no es recomendable por muchas razones, pero destacaremos algunas de las principales consecuencias de aquello:
→ Abreviaturas que no lograste descifrar
→ Letra ilegible
→ Resúmenes que excluyen lo más importante
→ Una palabra que no lograste descifrar y que era la más importante de la frase
→ Tal vez tu compañero no haya anotado los ejemplos
Por ello, recuerda que cada estudiante asimila la información a distinto tiempo y modalidades. La mejor forma de obtener la información es por ti mismo, en la clase, con tus apuntes, ya que no hay nadie que sepa mejor que tú la forma que más te acomoda para comprender y aprender.
Con buena asistencia tendrás mejores posibilidades de que el profesor te dé más oportunidades de aprender y de sacar adelante tu ramo.