Según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), 2,78 millones de trabajadores/as mueren cada año por accidentes del trabajo y enfermedades profesionales en todo el mundo. Se calcula que los días de trabajo perdidos representan cerca del 4% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial y, en algunos países, hasta el 6 % o más.
Además del costo económico, existe un costo que incluso puede ser mayor y que no es reflejado por esas cifras; El sufrimiento humano de la familia, la comunidad y para todo el sistema productivo del país. Es inaceptable que un trabajador pierda la vida, mientras intenta ganársela. Esta situación reviste la mayor importancia dado que la investigación y la práctica del pasado decenio, han determinado que todas estas muertes y accidentes pueden prevenirse en gran medida.
Hoy, en plena revolución de las tecnologías y la información se hace imperativo el desarrollo de estrategias de prevención efectivas; el gran desafío de la SST a nivel mundial. A los gobiernos, los empleadores, los trabajadores y demás partes interesadas les queda mucho por hacer para conseguir que la generación actual y las generaciones futuras de trabajadores gocen de condiciones de trabajo seguras y saludables.
Por lo anterior, resulta fundamental un acuerdo social que favorezca un trabajo decente, bien remunerado, seguro, en libertad y dignidad, sólo esto nos llevará a una sociedad equitativa, con similares oportunidades para todos y todas, lo que finalmente se traducirá en un desarrollo productivo sustentable y que respete el ecosistema en el que vivimos.
Fernando Cortés
Académico
Universidad Central Región de Coquimbo