
Jueves 26 de Junio de 2025
Conversamos con Andrea Poch y Marcelo Peña, docentes de Famedsa, quienes entregan una mirada integral del microbioma desde su definición, su rol en nuestro bienestar físico y emocional, y su interacción con medicamentos, tanto convencionales como naturales.
Cada 27 de junio se conmemora el Día Internacional del Microbioma, una fecha que invita a reflexionar sobre la importancia de este conjunto de microorganismos que habitan en nuestro cuerpo y cuya influencia en la salud humana ha revolucionado las ciencias médicas y biológicas en las últimas décadas.
“El microbioma es la comunidad de microorganismos que conviven con los seres humanos, estableciéndose en lugares como el tracto gastrointestinal, la piel y las mucosas”, explica la académica, Doctora en Microbiología, Andrea Poch. Estos microorganismos principalmente bacterias, pero también hongos y virus, no son simples pasajeros: cumplen funciones vitales como la digestión de nutrientes, la síntesis de vitaminas y la regulación del sistema inmune.
La importancia de este ecosistema microscópico ha llevado a un cambio radical en cómo percibimos a los microorganismos. “Hace unos años, la visión general era negativa, asociándolos siempre con enfermedades. Hoy sabemos que esa mirada es errada, ya que los microrganismos de nuestro microbioma en su mayoría cumplen funciones importantes para la salud”, señala la académica.
“Mantener una microbiota sana y diversa nos ayuda a mantener niveles saludables de serotonina, lo cual previene condiciones como la depresión”, comenta la académica.
Además es importante tener en cuenta que el microbioma se forma durante los primeros días de vida. “La microbiota intestinal de los recién nacidos es muy parecida a la microbiota vaginal y de la piel de sus madres”, explica Andrea. Este traspaso ocurre principalmente durante el parto y la lactancia, y cumple un rol crucial en el desarrollo digestivo, inmunológico y metabólico de los bebés.
Esto subraya la importancia de prácticas como el parto vaginal, la lactancia materna y/o una dieta saludable durante el embarazo como formas de “sembrar” un microbioma saludable desde el inicio de la vida.
Los medicamentos en el microbioma
El equilibrio del microbioma puede verse seriamente afectado por el uso de ciertos medicamentos, especialmente antibióticos, así lo explica el director (i) del Departamento de Formación Transversal en Salud y Dr. en Ciencias Farmacéuticas, Marcelo Peña: “los fármacos antimicrobianos pueden alterar significativamente el equilibrio del microbioma, afectando no solo a bacterias patógenas, sino también a bacterias beneficiosas que habitan de forma natural en nuestro intestino, piel, boca y otros tejidos”.
Este fenómeno, conocido como disbiosis, puede tener consecuencias como problemas digestivos, disminución del sistema inmune e incluso alteraciones neurológicas. Y no son solo los antibióticos los que causan este efecto: “Fármacos como el omeprazol, la risperidona, la olanzapina o la metformina también pueden modificar el microbioma”, agrega Marcelo.
Además, la composición de la microbiota puede influir en la eficacia de los tratamientos farmacológicos. Algunas bacterias intestinales pueden transformar medicamentos antes de que sean absorbidos, reduciendo su efecto o generando metabolitos con efectos secundarios inesperados. “Esto podría abrir paso a una medicina más personalizada, que tome en cuenta el perfil microbiano de cada persona”, indica Marcelo Peña.
¿Y los productos naturales?
En los últimos años, ha crecido el interés por los productos naturales para cuidar la salud intestinal. Los prebióticos y probióticos pueden ser aliados eficaces, pero no todos los productos de origen vegetal son inocuos. “Existen hierbas medicinales como el té verde, el resveratrol, que es un compuesto químico presente en algunas plantas o la cúrcuma que ayudan a mantener la integridad de la mucosa intestinal y reducen la inflamación”, indica Marcelo.
No obstante, el uso indiscriminado o la automedicación pueden ser peligrosos. “Muchas personas asumen erróneamente que lo natural es siempre seguro. Por ejemplo, la hierba de San Juan puede reducir la eficacia de anticonceptivos o antidepresivos”, advierte. Por ello, la recomendación es siempre consultar con un profesional de la salud. Agrega que, “es necesario siempre tener en cuenta, que no todos los medicamentos naturales han sido científicamente evaluados en un 100%, y podrían tener algunos efectos no deseados sobre el microbioma. Las personas suelen caer mucho en la automedicación de estos productos, bajo la teoría errónea de que lo natural no hace daño”,
Para finalizar, la académica Andrea Poch enfatiza que “para cuidar la microbiota es fundamental mantener una alimentación saludable (baja en grasas y alta en fibras), evitar el uso innecesario de antibióticos, consumir periódicamente probióticos y prebióticos y realizar actividad física regularmente”.