Jueves 21 de Marzo de 2013
Unos 200 estudiantes y académicos participaron en conferencia internacional organizada por la Universidad Central y Fundación Chile XXI
Las tensiones que genera la intervención humanitaria, sus límites y la relación que se da entre el sistema internacional y los estados nacionales, guiaron la reflexión que el profesor de la Universidad de Yale, Jolyon Howorth, ofreció ante unos doscientos estudiantes de la Universidad Central.
La conferencia "Intervención humanitaria y reconstrucción pos-conflicto después de la guerra fría: los casos de Libia, Siria y Mali", fue organizada por la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de la UCEN, con la colaboración de la Fundación Chile XXI.
Howorth se refirió a las situaciones vividas en el norte de Iraq (1991), Somalia (1992-94), Bosnia-Herzegovina (1992-93), Kosovo (1999), Costa de Marfil (2010-11), Libia (2011), Siria (2012-13) para concluir con Mali (2013), manifestando que el sistema internacional está dispuesto a apoyar dichas intervenciones de manera cada vez más recurrente.
Utilizando el método de estudio de casos desde una perspectiva comparada, destacó los ejemplos de Libia, Siria y Mali, en los cuales se producen diferentes formas de intervención, pero que reúnen similares condiciones, lo cual permite concluir -dijo- que hay pocas prescripciones claras de cuándo una intervención es o no apropiada o justificada.
Según el especialista, en el caso de Mali la intervención humanitaria de la Unión Europea, Estados Unidos y otros países, como Francia, se genera por temor a que esta nación se transforme en un "nuevo Afganistán". Es decir, una amplia base de operaciones y campo de entrenamiento para yihadistas.
Pero advirtió que la segunda y tal vez más poderosa razón para intervenir sea que en Bamako viven doce mil europeos, de los cuales seis mil son franceses. Es por ello que la intervención humanitaria en Mali está focalizada en Bamako, dejando al resto del país (en particular a la zona desértica del norte) bajo el control de las fuerzas islamistas vinculadas a Al-Qaeda y sus aliados —los rebeldes tuareg—, que reclaman la independencia del gobierno de Bamako.
¿Para restablecer el orden es necesario primero hacerlo mediante la vía armada y luego resolver el tema de la justicia? ¿O podría darse el caso de que al establecer primero la justicia ésta traerá como consecuencia el orden?, se preguntó Howorth, agregando que las misiones humanitarias no están siempre bien pensadas y que a largo plazo podrían acarrear consecuencias imprevistas.
Reconoció, también, que el principio de intervención humanitaria es rechazado por la mayoría de los estados, pues enfrenta los derechos humanos con la soberanía, además de ser percibida con desconfianza enorme en países del hemisferio sur.
Al respecto, agregó que el derecho internacional se mantiene escéptico pero, a su juicio, la intervención humanitaria es un tema con el que habrá que convivir, poniendo como ejemplo los casos de Palestina y Corea.
Luego de su conferencia, la directora de la Escuela de Ciencia Política, Pamela Figueroa comentó que la propuesta del profesor Howorth analiza las motivaciones e incentivos de la decisión de intervenir, así como las consecuencias prácticas de dichas intervenciones.
"Una perspectiva histórica nos muestra que las intervenciones no son un fenómeno reciente. Cabe preguntarnos, entonces, cuáles son las razones de estas "nuevas" intervenciones, ¿en qué se justifican? Al parecer el fin de la Guerra Fría trajo una mayor intervención", dijo Figueroa.
Para la académica de la UCEN, la discusión es acerca de los principios de no intervención, autodeterminación y democracia. "Aquí se contraponen las clásicas teorías de las relaciones internacionales: realismo v/s idealismo sobre la prioridad de los valores "justicia" y "orden", y también tensiona el concepto de soberanía", sostuvo.