Miércoles 31 de Julio de 2019
La tasa de desempleo de largo plazo se había estimado hace algunos años entre 5 y 6%; seguramente este número está aumentando debido a la más significativa aplicación de nueva tecnología que reemplaza al trabajo en sectores de servicio especialmente. Por eso, es importante que la política pública se concentre en prepararnos para un escenario de mayor desempleo como un fenómeno permanente producto de la cuarta revolución industrial que vivimos, y procurar mejorar las competencias laborales para enfrentar esa nueva realidad.
Reacomodar programas, mejorar la focalización de los subsidios y llevar a cabo adecuada capacitación es una tarea difícil, especialmente por la debilidad de los mecanismos e instrumentos existentes para la reconversión laboral hacia un mundo de tecnología superior. También por la debilidad de nuestra educación formal, que nos tiene actualmente con un muy elevado porcentaje de analfabetos funcionales. ¿Cómo llevar a cabo buena capacitación y preparación para las nuevas tecnologías a quienes no pueden comprender textos, aún cuando puedan descifrarlos?
Deberíamos como país preocuparnos de este grave problema, antes que tratar de reducir la jornada laboral lo cual, en el actual escenario, no hará más que aumentar la desocupación estructural, casi como un resultado sin vuelta atrás. La respuesta debe ser menos populista y más bien pensada en cuanto al futuro del empleo en Chile.
Fuente: Diarioestrategia.cl