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Martes 24 de Septiembre de 2013

Economista Gabriel Palma apunta a la liberalización financiera como origen de la crisis Internacional

“En 30 años más, esta crisis se recordará no por lo mala que fue, sino por lo mucho que duró: paró lo que debió, sin caer al abismo, pero (el mundo) tardó mucho en recuperarse”, señaló el destacado economista, Doctor en Economía de la Universidad de Oxford; Doctor en Ciencia Política de la Universidad de Sussex y Senior Lecturer de la Facultad de Economía de la Universidad de Cambridge, José Gabriel Palma, como uno de los corolarios de su charla “Crisis Financiera Internacional”, organizada por la escuela de Economía y Administración de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas (FACEA) de la Universidad Central.

Según planteó el académico, los orígenes de la actual crisis se explican por un exceso de liquidez en el mercado financiero que comenzó a manifestarse en Estados Unidos a partir de 2006  lo cual se tradujo, por ejemplo, que  ya en ese año, se les cursó créditos a más de un millón y medio de clientes con mala historia financiera, sin ninguna solvencia ni respaldo para responder ante las deudas. “Las tarjetas de crédito marcan el origen de la actual crisis financiera”, manifestó Palma y recordó que a partir de 2007, con la crisis subprime, se desencadenó un panorama que terminó con más de 200 millones de personas en el mundo que cayeron en la pobreza e instituciones financieras quebradas.

En ese contexto, recordó que los mercados financieros, en condiciones normales, son capaces de funcionar, pero “basta que la liquidez sea excesiva para que el mercado asigne recursos de manera irracional y genere una crisis. Hay una suerte de mercado maniaco, que se desconecta de la realidad”, sostuvo Palma y remató: “No hay nada que suba más las expectativas que la liquidez barata”.

Haciendo una relación histórica a nivel mundial entre el Producto Interno Bruto (PIB) y el llamado stock financiero o deuda, recordó que esta brecha se ha acrecentado peligrosamente en los últimos 30 años tras las políticas de liberalización financiera impulsadas por los extintos líderes de Estados Unidos e Inglaterra, Ronald Reagan y Margareth Tatcher, respectivamente.

En esa línea, Palma explicó que ya entre 1982 y 1998, el stock financiero llegaba a un 5,7%, mientras que la tasa de crecimiento del PIB mundial era de un 3,4%, valores que, en el período 1998-2006, correspondieron a un 6,8% para la deuda mundial y sólo a un 2,8% para la tasa de incremento del PIB.

 “El punto fundamental es que las instituciones financieras buscan deshacerse de la liquidez incentivando el endeudamiento. Eso es consecuencia de la liberalización financiera que llevó a aumentar el nivel de deuda en los hogares”, dijo el economista recalcando que esta crisis detonó por una inyección de liquidez mayor de la que el mercado consumidor era capaz de absorber.

Palma recordó que el paradigma económico imperante sostiene que la locomotora es lo financiero y no la economía real, cuando, a su juicio debería ser todo lo contrario. “Ojalá los bancos no pudieran colocar en el mercado toda la liquidez que tienen, porque eso, es un pacto de suicidio”, sentenció.