Miércoles 18 de Octubre de 2017
Ex director de la Cofradía del Mérito Vitivinícola, Hernán Amenábar, expuso acerca de la producción y comercialización de espumantes en charla organizada por la Escuela de Negocios de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Central.
Una entretenida charla que abordó la realidad de los vinos espumantes en Chile y el mundo, y que culminó con una ilustrativa y práctica cata, impartió el destacado enólogo y ex director de la Cofradía del Mérito Vitivinícola, Hernán Amenábar, actividad organizada por la Escuela de Negocios de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Central.
El experto expuso acerca de la producción y comercialización de vinos espumantes recordando sus orígenes que se remontan a los años 1600, ciuado el abate francés Dom Pérignon descubriera en la región de Champagne que los vinos guardados por mucho tiempo generaban una fermentación de levadura que consumía el azúcar y producía gas carbónico.
Más o menos azúcar
“Desde ese origen histórico, se inició el desarrollo tecnológico para producir este vino que tiene un contenido de gas carbónico no inferior a tres atmósferas de presión, y que haya sido logrado a partir de una segunda fermentación, permitiendo agregar azúcar con ese fin”, explicó el experto.
En esa línea, aclaró que dependiendo de la cantidad de azúcar añadida, existen las variedades natura, extra brut, brut, sec drey o moscato; en tanto de acuerdo al método de fermentación, existe el champenoise, fermentado en botella, y el charmat, que ha recibido el mismo proceso en cuba cerrada o tanque.
Respecto de la situación del espumante en Chile, Amenábar señaló que mientras su consumo ha aumentado en el país, el de vino tradicional o tranquilo, se ha estancado; no obstante recordó que a nivel de exportaciones vitivinícolas, Chile ostenta el quinto lugar a nivel mundial, pero con nula incidencia de los espumantes en esa cifra.
El espumante en Chile
De acuerdo con datos del enólogo, la producción de vino espumante en Chile se estima en un 0,5% del total nacional de vino, muy inferior al 7% a nivel mundial. En ese contexto, el espumante representa solo el 0,6% del volumen total de vino exportado por nuestro país, mientras que en el mercado de exportación el espumante tiene un valor litro promedio superior en casi un 25% al vino tranquilo.
“El aumento del consumo interno, con un incremento importante de la categoría brut, junto a la exportación, han ayudado a variar en parte la marcada estacionalidad del producto”, explicó Amenábar.
Para el experto, Chile tiene la gran oportunidad de potenciary desarrollar aún más en el mercado local y la exportación de vinos espumantes. “Se requiere definir una estrategia exitosa y darle a nuestros espumantes una identidad propia, para lo cual hace falta definir un nombre: espumante o espumoso”, manifestó.
El encuentro concluyó con una cata de espumantes en la cual no faltaron útiles recomendaciones, como servirlo a una temperatura de entre 7° a 8°, en copas tipo tulipa y teniendo en cuenta que el consumidor podrá encontrarse con espumantes jóvenes, abiertos, perfectos, evolucionados y gastados.