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Lunes 14 de Junio de 2021

Trabajo Social realiza seminario sobre escenario de la infancia

La pandemia ha representado un desafío importante para los y las trabajadores sociales que, por la esencia de su profesión, acostumbran realizar sus funciones cerca de la población, visitando casas y familias. Han suplido con llamadas telefónicas y reuniones virtuales pero no es suficiente, advirtieron los entendidos.

Si bien en esencia el Trabajo Social es una disciplina muy personal y cercana, la pandemia ha obligado a reinventarse. Las plataformas virtuales y llamadas telefónicas han sido una solución, que en ningún caso reemplaza la cercanía con la que las y los profesionales realizaban su trabajo. Esteban Valenzuela es trabajador social de la Fundación Guadalupe Acoge y es enfático en advertir que “se hace imperativo sostener el despliegue que teníamos pre pandemia, se hace indispensable trabajar en territorio, visitar a las familias”; ya que  “la brecha ha aumentado en tiempos de pandemia”, especialmente en salud mental y “no nos hemos podido hacer cargo”, en circunstancias que “el encierro representa hoy día un riesgo para las familias”. Hay una “necesidad de flexibilizar técnicas”, comentó.

Valenzuela fue uno de los cuatro expositores en el seminario “Escenario de la infancia en Chile: cambio de institucionalidad y desafíos pandémicos”, organizado conjuntamente por las académicas de Trabajo Social Mg. Cecilia González (sede Coquimbo) y Mg. Cristina Rodríguez (sede Santiago). Esta instancia de conversación buscó exponer las condiciones del trabajo disciplinar en la intervención de la infancia, en el marco del cambio de la institucionalidad y de la pandemia.

Para Pablo González, trabajador social del Programa FAE La Serena y académico UCEN, estamos en medio de una crisis  económica, política y sanitaria, que ha “incrementado el estrés en la crianza y la vulneración”, especialmente porque “nos obliga a alejarnos de nuestros seres queridos” cuando más los necesitamos para protegernos y protegerlos. El profesional comentó que los niños y las niñas “echan de menos a sus amigos y familias, se sienten con miedo, tristes, ansiosos, confundidos y aburridos. Han aprendido “cosas” nuevas, es una generación con harta exigencia por ser resiliente”. Por su parte, los padres viven un “ clima de temor, de incrementar riesgo por descuido y violencia hacia niños, niñas y adolescentes (NNA). Además, se ve un mayor impacto negativo en las mujeres, considerando la mayor carga de trabajo no remunerado que habitualmente asumen”. 

El profesor Gonzalez hizo referencia a los desafíos de la intervención, destacando:

  • Reconocer las emociones de los NNA para trabajar desde ellas.
  • Generar estrategias conjuntas con las familias para favorecer la organización de la experiencia.
  • Diversificar las estrategias de intervención para que sean lo menos parecidas a “tareas”.
  • Disponer de recursos telemáticos, teleeducación y acceso a internet; incorporar a los hombres en los espacios de intervención, desde la perspectiva de género. 

Las Mg. Patricia Contreras y Cristina Bentos, son trabajadoras sociales de la Corporación Misión de María y en sus ponencias contextualizaron respecto a cómo es una residencia y sus desafíos de la inter y multiculturalidad. Muchas veces “no estamos preparados los y las profesionales ni las políticas públicas para trabajar” en temas como migración, destacó Contreras. “Esto nos ha hecho que trabajemos en equipos interdisciplinarios”, agregó. Contó que en su gestión incorporaron conceptos de multidisciplinario (yuxtaposición del conocimiento)  e interdisciplinario (integración de conocimientos). “Debemos estar abiertos a aprender de otros profesionales”.

Para ejemplificar su trabajo Bento mostró el caso de 2 hermanas de 5 y 2 años, una nacida en el extranjero. En que su madre ingresó a Chile por paso no habilitado estando embarazada de su hija menor. La oficina local de la niñez de Santiago solicitó el ingreso de las menores a la residencia ya que la progenitora no cuenta con domicilio ni trabajo fijo. Además estaban expuestas a contextos de violencia por parte de una ex pareja de la madre. Indocumentadas y sin atención de salud ni educación, estaban en una situación de extrema pobreza. En este caso el trabajo en equipo se dividió en tres intervenciones:

INTERdisciplinaria: Asignación de dupla psico social (trabajador social y psicólogo), en comunicación abierta y clima de confianza y respeto se entrevistan individual y grupalmente con la familia.

MULTIdisciplinaria: Cesfam, Chile Crece Contigo, Sename y otros programas que atendieron a la madre y las niñas.

TRANSdisciplinaria: Acompañamiento psicosocial a la madre durante las visitas a sus hijas.