En plena tramitación del proyecto de ley sobre protección de datos personales, se ha sugerido que nuestros datos personales debiesen ser objeto de propiedad privada, atendido a que dicha posibilidad generarían mayor competencia y bienestar, lo que afectaría a su vez positivamente a los titulares de los mismos y a los consumidores en general. Si bien es efectivo que existen varios argumentos a favor de esta posibilidad (ver Escuela de Chicago, Eric Posner), esta postura se basa claramente en el teorema de Coase, que asume lo siguiente: no importa como estén asignados los derechos o bienes en un mercado, en la medida que los costos de transacción sean nulos o muy bajos, los actores que más valoren el derecho o el bien, internalizarán el costo del mismo, revelando su preferencia por éste, y por tanto adquirirán el mismo, lo que permitiría una cantidad óptima de transacciones en un respectivo mercado. Es la solución al problema del costo social.
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