Estudiantes de quinto año de Trabajo Social aprenden a construir genogramas

A la hora de realizar su trabajo, el genograma es fundamental para los y las trabajadores sociales. Y es que la representación visual de las historias y vínculos familiares se convierten en una radiografía clave a la hora de hacer hipótesis en esta línea de trabajo.

“Este instrumento es una presentación gráfica que nos ayuda a conocer historias de vida de las familias, enfermedades, comportamientos y patrones culturales”, destacó el profesor de la carrera de Trabajo Social, Hugo Covarrubias. “Es valioso” para todo el “equipo interdisciplinario”, comentó el profesional.

Por lo mismo, la trabajadora social del Hospital Clínico Dra. Eloísa Díaz, Marta Sandoval, fue invitada a dialogar con los y las estudiantes de quinto año sobre la importancia de esta herramienta y cómo construirla en el conversatorio “La importancia del genograma en la intervención del Trabajo Social”.

La profesional explicó que “el genograma va a hacer que la familia pueda mirar su propia historia, sus propias relaciones y comprender su historia familiar” de una forma que tal vez nunca hubiese visto. Esto, porque “son partícipes activos de esta co-construcción colaborativa”, que permite identificar “factores psicosociales de riesgo y plantearse objetivos a nivel familiar”. 

Este trazado o mapa se construye con líneas que estructuran las familias, círculos o cuadrados, formas de identificar defunciones, relaciones conyugales, etcétera. “Las líneas describen las relaciones”, además permite “identificar figuras que no sean consanguíneas para apoyar en la crisis, ya que muchas veces “estamos atendiendo a una familia en crisis”.

Marta Sandoval enumeró los elementos que se interpretan desde la descripción de las relaciones familiares: pautas estructurales; adaptación del ciclo vital; repetición de las pautas a través de las generaciones; sucesos de la vida y funcionamiento familiar; pautas vinculares y triángulos; y equilibrio y desequilibrio familiar.