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“En México, la incorporación de la Clínica Jurídica ha sido un reto complicado…”

Por: Daisy Castillo Triviños.

Luis Miguel Cano accedió a entregar su visión respecto del trabajo que debieran desarrollar las Clínicas Jurídicas y contar, al mismo tiempo, cómo la Clínica de Derechos Humanos de la Escuela Libre de Derecho en México se ha transformado en un espacio de diálogo y de participación en el que los primeros beneficiados son los estudiantes.

-De acuerdo a su experiencia, ¿cómo define el concepto de enseñanza clínica del derecho?

A mi juicio es un aprendizaje conjunto del derecho en movimiento. La enseñanza clínica del derecho está enfocada a la formación de criterios jurídicos propios y el desarrollo de habilidades prácticas, que sirvan a los estudiantes para asumir sus responsabilidades profesionales, a través de ejercicios de deliberación y análisis de casos reales. No se adopta como método la memorización de textos legales, jurisprudenciales y doctrinales, sino su aplicación a la solución de problemas de la vida cotidiana.

-¿Cuál es la importancia que tiene en la formación de los estudiantes?

Cuando está bien encausada, fomenta el pensamiento libre entre los estudiantes, quienes en lugar de repetir lo que se les expone en clases, enfrentan la posibilidad de resolver problemas reales, bajo su propio criterio. La enseñanza clínica permite diferenciar entre saber y aprender. Hoy es más o menos sencillo saber cosas, reproducir conocimientos compilados que sólo hace falta memorizar o plasmar por escrito para acreditar materias, cuando en realidad una mejor herramienta para asumir las responsabilidades de nuestra profesión descansa en la capacidad de aprender, razonando y cuestionando lo analizado.

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En paralelo, la enseñanza clínica resulta de excepcional trascendencia para romper la tradicional idea de que la experiencia práctica en derecho se adquiere trabajando desde los primeros años de la carrera, ya sea, en el ámbito privado o estatal, relegando esa responsabilidad de las instituciones académicas en quienes emplean a sus estudiantes. Esa realidad, los deja en una situación de vulnerabilidad, pues el éxito de su desarrollo muchas veces depende de la aceptación acrítica de las tareas encomendadas. En contraste, confiar la enseñanza clínica a las aulas les libera de relaciones de dominación que solamente fomentan una formación dentro de la jerarquía.

-¿La enseñanza clínica del derecho, derivada de la formación integral por competencias, busca gestar en los alumnos, por ejemplo, conocimientos, aptitudes, actitudes, habilidades y destrezas para actuar?

Irremediablemente. Dentro de las metas que persigue se encuentra el perfeccionamiento de las habilidades prácticas de sus estudiantes, que no deben contentarse con ayudar en el abastecimiento de insumos jurídicos, dado que la confianza que se les deposita tiene que trascender a la de las pasantías sin sentido. Así, las expectativas que se generan apuntan a que en equipo deben realizarse las entrevistas con las personas que plantean sus casos, comprender a partir de ellas cuáles son sus pretensiones y los hechos relevantes; analizar el marco normativo del que deberán obtenerse las soluciones propuestas; preparar las estrategias para convertir asuntos particulares en causas estructurales para el avance del derecho; explicarlas a quienes se vaya a defender; redactar los escritos para detonar los litigios correspondientes, y conducir las audiencias ante las autoridades a las que se confía su resolución.

-En su país, ¿qué tan complejo o fácil fue la incorporación de este programa de formación?

En México, la incorporación de la Clínica Jurídica ha sido un reto complicado. Hace cinco años era prácticamente desconocida, o al menos, poco incorporada en los planes de estudio de la carrera. Desde entonces, han existido intentos fallidos para asumirla en las principales instituciones académicas de la capital, consolidándose tan sólo en el Centro de Investigación y Docencia Económica, al cual se suma la iniciativa de la Clínica de Derechos Humanos de la Escuela Libre de Derecho, apenas en 2010. Y, aunque se tienen noticias de que algunas universidades estatales buscan introducirla, todavía falta mucho camino por recorrer para descentralizar estos esfuerzos.

Curiosamente, esta empresa ha sido apoyada -en 2010- por la Suprema Corte de Justicia de la nación con programas de financiamiento que, incluso, sirvieron para que una organización civil (Litiga OLE), abriera una clínica itinerante en cuatro estados. Por ello, se puede concluir que tal incorporación está en marcha a esta fecha.

-¿Cómo ha sido la experiencia de los alumnos?, ¿Hay temor o reticencia de su parte?

Desde la experiencia de la Clínica de Derechos Humanos de la Escuela Libre de Derecho, en su primer año de actividades, se han atestiguado las dificultades para sus estudiantes para participar en ella. Trabajar en la Clínica implica, al menos, sacrificar la oportunidad de hacerse de ingresos trabajando en la iniciativa privada o el gobierno, a la par que tiempo valioso para preparar sus exámenes anuales, durante el curso regular. No obstante, al concluir este año inaugural es posible afirmar que el trabajo en equipo, las responsabilidades confiadas y los conocimientos aprendidos equilibran con un balance favorable la inversión realizada, por lo que se espera que más estudiantes se incorporen.

-¿Cuáles son los desafíos que tiene la enseñanza clínica del derecho? ¿Hacia dónde se debiera avanzar?

La enseñanza clínica debiera conjugarse con el litigio estratégico de derechos humanos, para incrementar su eficiencia y eficacia, para impactar más en el cambio social, para retomar la responsabilidad de las instituciones académicas en la búsqueda de paz, justicia, democracia y seguridad. Con esa visión, uno de los principales desafíos será el grado de compromiso que instituciones, docentes y estudiantes quieran asumir en el mejoramiento de sus sociedades. Si lo hacen, cada vez con mayor frecuencia se tendrá que avanzar en la construcción de redes entre distintas universidades y países, para colaborar, no para competir, teniendo claro que en la búsqueda de dignidad, a través de la defensa de los derechos humanos, todo mundo tiene un rol que desempeñar.

&Cabe señalar que esta entrevista fue publicada en la Revista Derecho Noticias de mayo 2011.