
Martes 10 de Junio de 2025
El Comité para la Prevención de la Tortura, el Comisionado Parlamentario Penitenciario de Uruguay y el programa doctoral coorganizaron esta actividad, que abordó la supervisión penitenciaria como un mecanismo clave para mejorar la calidad de vida y la dignidad de las personas privadas de libertad.
“Lo que pasa en la cárcel, pasa en la calle, en la esquina”, explicó el comisionado parlamentario penitenciario de Uruguay, Juan Miguel Petit, durante el Seminario Internacional “Mecanismo de monitoreo carcelario: ¿Pérdida de tiempo o un factor de cambio?”, realizado el viernes 30 de mayo en el Salón de Eventos del edificio Vicente Kovacevic II. El encuentro permitió reflexionar sobre la importancia del monitoreo carcelario para establecer estándares de vida, proteger los derechos de las personas privadas de libertad y fortalecer las políticas públicas en materia penitenciaria.
La actividad contó con la participación de Luis Vial, experto del Comité para la Prevención de la Tortura; Alejandrina Tobar Vásquez, consejera del Instituto Nacional de Derechos Humanos; Daniel Urrutia, juez de garantía; y Pedro Pacheco, representante del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Chile. El profesor Jörg Stippel y la ex fiscala judicial de la Corte Suprema, Lya Cabello, realizaron los comentarios, mientras que la moderación estuvo a cargo del doctorando Luis A. Vergara Cisterna.
Tras el seminario, Petit enfatizó que “las malas condiciones carcelarias no son solo un problema interno, sino que son crueles, inhumanas y degradantes, y tienen un impacto que trasciende los muros penitenciarios”. Valoró también la firma de un convenio marco de colaboración con la universidad anfitriona para desarrollar intercambios académicos y técnicos: “Esperamos tener intercambios de personas, de técnicos, de reflexiones, algunas actividades académicas. Es un paso positivo”.
El doctorando Luis A. Vergara destacó que “fue un diálogo constructivo acerca de por qué el monitoreo es absolutamente necesario. Tenemos que visitarlas, mirarlas y generar una crítica que no sea destructiva, sino constructiva”. Agregó que el programa doctoral entrega herramientas para “desarrollar actividades académicas e institucionales que no se limitan a escribir papers o dar clases, sino que permiten interactuar con las instituciones y participar en la formulación de políticas públicas”.
Vergara también valoró la calidad de la conversación y la apertura de los invitados: “Estoy feliz porque es difícil convocar a actores del sistema con tanta experiencia y libertad de expresión, sin barreras para compartir sus visiones y experiencias”.
Al finalizar la actividad, Petit subrayó que “el monitoreo y la búsqueda de alternativas a la cárcel no son un premio, sino un instrumento que retribuye el daño y reconstruye la relación con la comunidad. Lo que ocurre en la cárcel afecta a toda la sociedad, por eso es esencial ponerlo en el centro del debate y de la gestión pública”.
El seminario permitió abrir un espacio de reflexión sobre la relevancia de la supervisión penitenciaria y su potencial para contribuir a políticas públicas más justas y eficaces, vinculadas a la dignidad de las personas y al fortalecimiento de la comunidad.