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Conoce al investigador Pablo Contreras Vásquez

Doctor en Derecho, se especializa en Derecho Constitucional, Protección de Datos e Inteligencia Artificial. Es un prolífico autor en estos temas y un avezado jugador de trompo. En la UCEN es miembro desde 2022 del Instituto de Investigación y Postgrado de la Facultad de Derecho y Humanidades (FACDEH), del área de Derecho Público en pregrado y del Doctorado en Derecho. Lee aquí su perfil humano.

  • ¿En qué y con quién estás trabajando? ¿Dónde realizas tu trabajo?

Actualmente tengo tres proyectos de investigación en curso, uno nacional y dos internacionales. En el ámbito nacional, soy coinvestigador en el proyecto Fondecyt Regular N°. 1200362, sobre el trabajo vía plataformas digitales, liderado por el decano de la U. de Talca, Dr. Rodrigo Palomo. Ahí estoy aportando en la línea de investigación de administración algorítmica del trabajo y protección de datos personales. 

En los proyectos internacionales, este año he estado trabajando en la iniciativa sobre “Deliberative Quality in Trade-Related International Organizations”, financiado por la Swiss Network for International Studies y dirigida por el Dr. Jean-Patrick Villeneuve, de la Università della Svizzera Italiana. En este proyecto aporto con mi experiencia en transparencia y datos abiertos, para entender y analizar los procesos de toma de decisión en ciertos organismos internacionales y poder vincularlo con teorías de democracia deliberativa. 

Por último, recientemente nos adjudicamos un proyecto del Ministerio de Ciencia e Innovación de España, Expediente N° PID2021-123170OB-I00 sobre “Claves para una justicia digital y algorítmica con perspectiva de género”. Como coinvestigador, aporto desde la gobernanza de la inteligencia artificial, la transparencia algorítmica y la protección de datos personales. Este proyecto empieza a ejecutarse en septiembre de este año y lo lidera la Dra. Ana Montesinos García, de la Universitat de València.  

  1. Cuéntanos acerca del proyecto del cual te sientas más orgulloso

Hay dos proyectos que les tengo mucho cariño. En primer término, el Diccionario Constitucional Chileno, un libro escrito junto a Gonzalo García y Victoria Martínez. Fueron siete años de trabajo, mil páginas y más de quinientos conceptos explicados sobre la Constitución vigente. Me alegra saber, además, que su primera edición está disponible para su descarga gratuita en https://www.diccionarioconstitucional.com 

El otro proyecto es también colectivo y su resultado fueron dos libros: Manual sobre derechos fundamentales (Lom, 2017) y Curso de derechos fundamentales (Tirant lo Blanch, 2021), es decir, la teoría general y la parte especial de los derechos, ambos editados junto a la Dra. Constanza Salgado. Se trata de libros que buscan renovar la oferta de manuales en derecho constitucional y aportar con una mirada crítica a la práctica chilena. 

  1. ¿Qué te atrae de la academia por sobre la práctica privada?

Participar en proyectos de investigación me ha permitido repensar el derecho vigente y ha impactado en mi forma de enseñar en pre y postgrado. A partir de mis investigaciones, además, he podido contribuir en la discusión de algunas políticas públicas, como la reforma a la ley de transparencia o de protección de datos personales. 

En todo caso, he podido complementar siempre mi vida académica con experiencia práctica, desde asesorías en el Ministerio de Defensa o Secretaría General de la Presidencia, hasta haber trabajado en el Consejo para la Transparencia o el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.  

  1. ¿Cuál es la mejor recomendación que has recibido como investigador y que te gustaría haber sabido antes?

Escribir, escribir, escribir. Un gran amigo me dijo que después de leer un paper o un capítulo, escribía algo: el resumen de la idea central, algunas dudas que le surgieron o conectarlo con nuevas ideas o autores distintos. Ese proceso me ha ayudado muchísimo en aprovechar mejor las lecturas que hago y avanzar en distintos trabajos. 

  1. ¿Tienes algún hobby o pasatiempo?

No sé si cuenta pero me encanta jugar al trompo y trato de hacer varios trucos, como lanzarlo en el aire y agarrarlo con la mano. Me gustaba jugar a la troya y tenía dos o tres trompos artesanales bien gastados pero muy precisos.