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Lunes 11 de Noviembre de 2019

Gas lacrimógeno: “El arma química con que estamos viviendo”

Si bien no hay estudios concretos de los daños que puede generar el gas lacrimógeno a largo plazo, los efectos instantáneos son visibles en tan sólo algunos segundos.

 

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Aunque su uso está prohibido para la guerra desde 1993 por la Convención de Ginebra, a nivel doméstico, países de todo el mundo lo usan para controlar a la población civil durante protestas y disturbios.

El director del Centro de Salud Pública de la Universidad Central, Jean Gajardo, nos explica las consecuencias inmediatas que tiene esta arma química, que tiene en su compuesto clorobenzilideno malononitrilo.  “El gas lacrimógeno, es un compuesto que se denomina también “CS”, que tiene efectos directos e instantáneos que se dan usualmente después de unos segundos de exposición al gas y que estos son los que más conocemos, que tiene directo impacto sobre la vía respiratoria, como puede ser una sensación de ahogo, tos, salivación o presión en el pecho, también efectos a nivel de la piel”.

Jean Gajardo además aseguró, si bien el efecto del gas lacrimógeno a largo plazo no es muy claro, si sabemos que este compuesto químico, tiende a quedar igual en los espacios y no se elimina de inmediato, lo que es muy dañino para poblaciones específicas, como niños, mujeres embarazadas o personas con enfermedades respiratorias o cardiovasculares. Recomienda limpiar la zona con paños húmedos o aspiradoras para que el polvillo no se siga liberando.

“Este gas está prohibido en contexto de guerra, por algún motivo se mantiene en el uso de contención, de manifestaciones, ya que es considerado una medida no letal, no obstante, es complejo debido a que el uso de este gas no está regulado y no hay tampoco en Chile una indicación que tenga que estudiarse, evaluarse y documentarse los efectos que este puede tener en el grupo en el cual se utiliza. Es un escenario bastante fácil para generar daños”, explicó el director del Centro de Salud Pública.

El académico además concluyó, “Estamos frente a un compuesto que puede ser altamente peligroso, conocemos sus efectos inmediatos, que pueden se muy graves, dependiendo de la vulnerabilidad de la persona y concentración de la distancia”.