Miércoles 7 de Septiembre de 2016
Por Dra. Nelly Baeza Coordinadora Programa de Salud Pública Facultad de Ciencias de la Salud Universidad Central
Recordemos que en nuestro país coexiste una gestión mixta de los recursos de salud, con actores públicos y privados. Con la vuelta a la democracia, este sector fue el primero en entrar en reforma al promulgarse la Ley 19.378, que permitió uniformar la administración municipal de los funcionarios públicos de APS. Luego, se estandarizó en todo el país el financiamiento a través de un valor per cápita por la cartera de prestaciones de la población a cargo.
La infraestructura del sistema APS también ha evidenciado importantes mejoras, con un modelo arquitectónico implantado desde hace ya una década en el modelo de atención de salud integral y comunitario, atendido por un equipo multidisciplinario de profesionales.
La Atención Primaria de Salud chilena es, aunque muchos no lo crean, un referente para Latinoamérica. Hemos exportado a Ecuador el Programa Nacional de Alimentación para niños y adultos mayores, mientras que Uruguay replicó nuestro Programa de Atención a la Mujer. Asimismo, es también valorado nuestro modelo de atención con los Médicos Generales de Zona que permite el despliegue del recurso médico en todo el país.
Sin duda, que uno de los principales retos de la APS nacional es consolidar el modelo de atención de salud integral y comunitario tanto en lo público como privado. Un médico de cabecera que conozca los problemas de salud de la familia y, en conjunto con el equipo de profesionales, (matrona, enfermera, nutricionista, trabajadora social, kinesiólogo, terapeuta ocupacional, tecnólogo médico, estadísticos, etc) ofrezca atención de salud y pueda realizar acciones preventivas, de acuerdo al curso de vida del grupo familiar.
Otro importante desafío se focaliza en la atención de los adultos mayores, con la promoción de una vejez activa. En este aspecto, debemos mirar a los países desarrollados donde reconocen a las personas mayores hasta los 75 años, mientras que quienes sobrepasan esa edad son considerados ancianos, con necesidades también diferentes, realidad que ya estamos viviendo en el país. En este contexto, necesitamos más Salas de Rehabilitación Integral con base comunitaria y un nuevo Programa de Adultos Mayores Autovalentes, para que este ciclo vital sea más activo y saludable.
Sin duda que la formación de geriatras, totalmente insuficientes para las necesidades actuales y futuras del país respecto de esta especialidad, se suma a este desafío de la Atención Primaria en Salud chilena.