Lunes 12 de Septiembre de 2016
Por Miguel Kottow, investigador Facultad de Ciencias de la Salud
Los argumentos pro/contra están tan gastados que comienzan a perder el delgado hilo y la escasa consistencia que han presentado, quedando maltrechos en al menos tres puntos: 1) El tema de salud pública dado por la alta prevalencia de abortos clandestinos, seguirá presionando al quedar desatendido. 2) El acceso a un aborto con indicación confirmada seguirá siendo complejo (objeción de conciencia) y con desigualdad de acceso entre el sistema público y el privado; 3) El futuro de este tema, de alta relevancia y urgencia social, continúa en manos de legisladores que votan en conciencia (lo que no es válido porque son representantes y no soberanos), adheridos a color político partidista (lo cual no corresponde, dado el desafecto de la ciudadanía con este modo de hacer política) y, nada menor, seleccionando la opinión de "expertos" en materias que no son de experticia sino de razonamiento criterioso y tolerante. Los que han sido llamados a opinar son militantes o, en algunos casos, fanáticos irredimibles, que no son ni más ni menos expertos que quienes tienen perspectivas opuestas.
El proceso legislativo comienza mal y, a menos que reciba un golpe de timón y una depuración conceptual, terminará en insatisfacción mayoritaria.