Miércoles 30 de Octubre de 2013
"Viví en un molde que no me alcanzaba"
Pablo Simonetti, con el estímulo de "la universidad como espacio por excelencia donde las neuronas están en constante movimiento", conversó en una nueva edición del ciclo de extensión UCEN.
El escritor de La razón de los amantes, describe a un Pablo adolescente retraído y sumergido debido a una arquitectura personal "inviable" para la sociedad chilena del momento, para una familia cristiana con un alto sentido de la "respetabilidad" y la "decencia", y para un ideal que invocaba el exitismo profesional.
De su carrera de ingeniero, salva el afán estético de las matemáticas, la abstracción de las ciencias duras, la observación de los fenómenos, y deplora todo lo administrativo, la repetición diaria de labores, los problemas "pedestres".
Su estancia en Stanford produjo el efecto "destape de cañerías" en relación a tres cuestiones medulares en su vida: identidad, escritura y homosexualidad. "Viví en un molde que no me alcanzaba", comenta a la audiencia. La indagación acerca de su "ser" y su "deber ser", y luego años más tarde de su "responsabilidad del ser" no solo lo marcan en este proceso de búsqueda identitaria, sino que en gran medida definen su literatura.
El propio escritor declara "mis novelas siempre hablan de la gran batalla de la identidad". Sus personajes experimentan complejos procesos de crecimiento y aceptación de sí mismos. En La Soberbia Juventud, por ejemplo, muestra un narrador poliédrico que circula a su antojo entre la primera y la tercera persona para ofrecer justamente esa mirada múltiple de los acontecimientos y los personajes, esa construcción de la identidad de los personajes compartida y en su complejidad como variante conjetural, porque como afirma Simonetti "nuestras vidas son lo que los demás cuentan de nosotros".
Vale acotar que Pablo le resta un tiempo a la escritura para sus labores de activista en la Fundación Iguales, refiere en el conversatorio organizado por la Dirección de Comunicaciones Corporativas y la Facultad de Ciencias de la Educación, que "Chile es un país tremendamente binario", de roles preestablecidos y estereotipos, aunque reconoce que se ha avanzado en los niveles de tolerancia como lo revela por ejemplo la reciente Encuesta imaginación-Cooperativa. Asimismo cuenta los obstáculos que tuvo que sobrevivir la Ley Antidiscriminación para su puesta en vigor y que aún tiene mucho de simbólico porque existe discriminación indirecta, bullying, y se habla de la homosexualidad como un trastorno psicológico, entre otros tipos de discriminación.
El novelista no se deja intimidar por la crítica ante "el pecado de ser un escritor que vende", no lo afecta tampoco la popularidad, y sigue construyendo verano a verano su espacio de silencio, mar y cerros para atraer a las páginas el fruto imaginativo.
