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Jueves 23 de Mayo de 2013

Altas Cumbres: Un desafío para conformar la rama de Montaña de la Central

¡Imagen foto_00000001Atento “Toro Blanco”, aquí “Perla Negra”, camino despejado e irregular directo a cañón de Baños Morales. Si hay control, paramos; de lo contrario, continuamos marcha! 

Esta fue la primera comunicación, ya en terreno en San Gabriel, entre los ocupantes de los cuatro por cuatro que dispuso el coordinador del taller de escalada UCEN, para verificar ruta hacia un fin de semana deportivo y comunitario.

Dieciséis estudiantes de diversas carreras que a menudo practican escalada en los muros y boulders que tiene el centro deportivo, realizaron su primera salida a terreno, con la ayuda del Cuerpo de Socorro Andino y la Dirección de Apoyo y Vida Estudiantil (DAVE).

Liderados por el profesor Edgar Gatica, del área de Deportes y recreación, y dos estrechos colaboradores, el grupo experimentó en la montaña el aprendizaje adquirido en el taller, para lo que organizó lo que será la “punta de lanza” para armar, en el mediano plazo, la rama de Montaña de la Universidad Central.

El destino fue el refugio cordillerano del Cuerpo de Socorro Andino, base central para lo que serían dos días de aventura, deporte, aprendizaje y camaradería.

Más allá del frío y el viento helado, el calor humano y la ansiedad de escalar en roca hicieron que el grupo enfilara recién comenzada la mañana hacia las altas cumbres del poblado andino. Tras la caminata, el ascenso y el destino: casi, 2.600 metros de altura, frente al “diente del diablo”, diría el sensei Gatica. Ya en terreno, arneses, cuerdas, mosquetones y las ganas de subir. 

Fueron más de 5 horas de práctica deportiva en lo alto de la montaña, sin inconvenientes y más que la satisfacción del grupo por haber palpado con sus manos la fría roca, experimentar y elevar la adrenalina interna y sentir el silencio conmovedor del espacio abierto.

Ya en el descenso, cóndores nos despiden y motivan a volver nuevamente por esas cumbres. Sin sobresaltos, el desvío es hacia un antiguo y abandonado yacimiento minero al cual entramos por grupos. Como reza la fe minera, mujeres y hombres por separado, nunca juntos.

Ya en el interior de la mina, el grupo supo lo que era el silencio y el olor intenso de la tierra húmeda pero candente. Una hora de aventura y conversación que culminó ya caída la noche en el poblado cordillerano.

Cansados y hambrientos, los “montañistas” centralinos reunidos alrededor de la fogata, nos alimentamos para luego a medianoche, descansar de la ardua jornada viendo estrellas fugaces y compartiendo historias de avistamientos locales y crónicas marcianas de lugareños abducidos.

Al otro día, trekking a los alrededores del cerro Lo Valdés y visita a la cascada pasado el pueblo de El Volcán, para luego bajar el camino de cintura que une la montaña con el Cajón del Maipo, Puente Alto, La Florida, Santiago y Parque Almagro, fin de nuestra aventura.

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