Fernando Cortés Tello, Mg en Salud Pública y académico UCEN Región de Coquimbo
En la historia de la humanidad, la vacunación ha sido una de las grandes respuestas contra las enfermedades infecciosas, que muchas veces diezmaban pueblos enteros. Es sin lugar a dudas, la más importante intervención de salud pública sobre estas enfermedades, luego de la provisión de agua potable a la población. Eduardo Jenner en 1798, fue quien marcó un hito en esta evolución y se le conoce mundialmente como el padre de la inmunización.
Una vacuna es cualquier preparación biológica, cuya función es la de generar en el organismo inmunidad frente a una determinada afección, estimulando la producción de anticuerpos, lo que lo protege de futuros contagios, ya que el sistema inmune podrá reconocer el agente infeccioso y lo destruirá.
El efecto de una pandemia amenaza la salud y la economía de los países, por lo que la acción coordinada entre las naciones es una prioridad. Un gran logro alcanzado debido a esta crisis, es que por primera vez la ciencia a nivel mundial se ha unido en este considerable esfuerzo.
Algunos laboratorios han desarrollado moldes para la síntesis de anticuerpos contra el COVID en forma de moléculas de ARN mensajero, que no alteran el ADN celular de la persona que la recibe; lo anterior, junto a la capacidad instalada desarrollada para hacer frente a otros virus de esta familia, han permitido alcanzar objetivos en tiempos no vistos anteriormente para estos productos. ¿Respecto de la inmunidad?, deberemos esperar mayor evidencia científica para afirmar si efectivamente nos protegerá a todos y todas de manera oportuna.
¿Es la vacuna una esperanza concreta?, claro que sí, pero falta investigación. Mientras tanto, no es conveniente olvidar que deberemos mantener las medidas básicas preventivas como son el aislamiento social, el lavado de manos y el uso de barreras para nuestro sistema respiratorio. Cuídate y estarás cuidando a los y las demás.