
Jueves 8 de Septiembre de 2016
Carta al director del profesor de Facipol Felipe González López
Que los créditos sean algo ineficientes no es necesariamente un problema cuando los gobiernos asumen que cumple el objetivo principal de facilitar el acceso a un costo que, si bien puede ser alto, es aún tolerable. En otras palabras, se sabe de antemano que no todos los créditos serán pagados, la recolección será compleja e incluso algunos se aprovecharán... pero no se trata de hacer rentable la inversión financiera, sino la inversión social.
El problema surge cuando se quiere usar los créditos como instrumentos de política pública, pero no se está dispuesto a sacrificar parte de los recursos en los beneficiarios y se busca asegurar por todos los miedos posibles que los estudiantes paguen deudas muy por sobre el valor real de sus carreras.
Esta combinación es problemática y moralmente reprochable, porque las políticas públicas no deben velar sólo por la eficiencia económica. Si así fuera, sería igualmente censurable haber usado impuestos para pagar sobreprecios del 30% a los bancos por la compra de sus carteras.
Por eso la condonación que hoy demandan los deudores educacionales no es un simple "perdonazo", porque para perdonar hay que estar investido de una superioridad moral que el Estado chileno no tiene.
Más bien se trata de reparar el perjuicio causado a las generaciones de jóvenes que no tuvieron otra opción que endeudarse. El que está al debe, digámoslo así, es el Estado.
Felipe González López
Académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública, U. Central
Fuente: www.latercera.com