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No quiero estadios de fútbol en mi comuna

A propósito de la consulta comunal efectuada en las Condes el fin de semana último, donde los vecinos señalaran que NO querían tener más partidos de fútbol de la Católica con cualquier otro equipo, me gustaría traer a colación varios aspectos:



Imagen foto_22013Jaime Mois.

1.- Hoy en día, la actividad futbolística atrae gran cantidad de lumpen y delincuencia. Da lo mismo dónde y con cuánta gente se realice, o bien,  ya sea de alta o baja convocatoria o simplemente partidos locales o de selección nacional, lo que se refleja en que cada vez que se juega un partido se puede apreciar a los vecinos aterrorizados y encerrados en sus casas y a los mismos hinchas que son asaltados, apuñalados y baleados por el simple hecho de no gustarle una camiseta de color azul, blanco, roja o con rayitas.

2.- Cada vez que se realiza un partido de fútbol se debe desplegar una fuerza policial que ya quisiéramos los viernes o sábado en la noche para controlar a los conductores ebrios o a los delincuentes, en general. Más encima, todos los chilenos debemos subsidiar para que unos pocos, (en el entendido que una comuna se tiene que sitiar prácticamente) con el único propósito que estos privilegiados se entretengan en una actividad deportiva durante un par de horas.

3.- La Ley de Violencia en los Estadios no sirve para nada, ya que su aplicación en la práctica ha demostrado que es inútil al tratar de evitar “La violencia en los estadios”, ya que sigue habiendo violencia y destrucción. Que yo sepa, en 17 años de esta ley sólo han sido sancionados unos pocos, a pesar de que los detenidos por diversas razones han sido miles.

Incluso, hace 4 años se propuso modificar la ley para que los equipos de fútbol dejaran una garantía por hasta 2 mil UF para pagar los daños producidos a los bienes públicos por sus hinchas y, hasta ahora, ese proyecto está durmiendo o, mejor dicho, en estado de coma, porque no se ve cuándo despierte.

4.-En ninguna ciudad moderna se vislumbra que los estadios de fútbol estén metidos en la mitad de una comuna como pasa hoy en día. Como una cuestión de seguridad ciudadana, los estadios se han empezado a construir en comunas alejadas del centro y en zonas descampadas  para cumplir varios propósitos. El primero es evitar el vandalismo y la delincuencia producida por las barras e hinchas en general y, segundo, que dichos alejamientos incentivan el comercio de los vecinos de dichos sectores lo que en definitiva los ayuda a crecer.

5.- Otra cosa que se hace en los países más avanzados en estas materias para controlar a los barristas y, en general, al público, es que cada entrada al estadio es nominativa y sólo ingresan aquellos hinchas con su entrada y carnet de identidad en mano y los asientos disponibles son designados según el ingreso. Además, existen cámaras que graban el evento y al público, lo que hace más fácil la identificación de los infractores al unirse este recurso con la identificación personal.

En definitiva, si queremos que algún día el fútbol sea percibido como un deporte de masas que lleva familias al estadio, debemos en primer término alejar y sancionar con mano dura a aquellos “líderes positivos” que gobiernan las barras bravas y conseguir que los dirigentes o accionistas del fútbol inviertan más dinero en seguridad y no sigan aprovechándose del fisco chileno, justificando su pobre accionar por el hecho de que el futbol “atrae a las masas”.