Por: Hugo A. Llanos Mansilla, Profesor de Derecho Internacional de la Universidad centralEl Presidente de Venezuela ha sorprendido nuevamente con su idea de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, cuyo único y oscuro propósito es reemplazar a un Poder Legislativo opositor, y reemplazarlo por dicho órgano colegiado, que será tan sumiso como lo es el Poder Judicial de su país. De paso, dicha decisión hace caso omiso al llamado a elecciones populares, al integrar dicha Asamblea por representantes elegidos por él y eliminar, de paso, la Constitución de su mentor Hugo Chavez.
Cuál será la reacción de la comunidad internacional, ante lo que la Ministra de Relaciones Exteriores de Argentina, en forma tan gráfica, señaló "echar más nafta al fuego"?
Fue el Secretario General de la OEA, Almagro el primero en indicar que el comportamiento de Nicolás Maduro, hacía necesario que los países miembros del Sistema Interamericano, le aplicaran a Venezuela, las disposiciones de la Carta Democrática
Dicho texto internacional, aprobado por los Estados americanos, señala entre otras disposiciones, en su Artículo 3: "Son elementos esenciales de la democracia representativa, entre otros, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes público".
La Carta Democrática indica claramente el camino a seguir, cuando está en riesgo el proceso político institucional democrático, haya una ruptura del orden democrático o una alteración del orden constitucional que afecte gravemente el orden democrático en un Estado Miembro de la OEA:
Tomar la decisión de suspender a dicho Estado Miembro del ejercicio de su derecho de participación en la OEA.
No se puede esperar más.
