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Lunes 7 de Enero de 2013

El Consejo de Defensa Sudamericano: ¿Una OTAN del Sur?

Miguel Silva, ayudante del profesor Hugo Llanos en la cátedra de Derecho Internacional  y vicepresidente del Centro de Estudiantes de Derecho, UCEN 2013.


Imagen foto_00000003El impacto que ha generado la integración regional por parte de diferentes sectores territoriales a nivel global, no ha pasado inadvertido para nuestro continente, específicamente Sudamérica. El "fin" de la Guerra Fría, las crisis económicas del modelo neoliberal y el cambio de agenda de la Casa Blanca -a partir de los atentados del 11-S-, consiguieron un margen de autonomía muy grande para las naciones sudamericanas, las cuales supieron aprovechar.

Hoy, una de las organizaciones geopolíticas más grande y eficiente a nivel de Sudamérica es la llamada: UNASUR, la cual abarca los 397.529.000 millones de habitantes sudamericanos para aplicar políticas regionales, aunque no podemos dejar de desmerecer los intentos de la ALADI, MERCOSUR, etc.

De esta organización (UNASUR) nace el llamado Consejo de Defensa Sudamericano (CDS), iniciativa de Brasil, específicamente del ex Presidente Lula da Silva que reconcilió al Grupo Río, reforzando la idea de que los "más de cuarenta años de integración" y paz no pasaron en vano. Se dio cuenta de la escasa aplicación del TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca).

Frente a la crisis diplomática vivida entre Colombia y Ecuador por la intromisión -sin permiso- en territorio ecuatoriano por parte de militares colombianos en busca de integrantes del grupo armado FARC, el concierto regional adopta una nueva identidad, la que, según palabras del Secretario General de la OEA –José Miguel Insulza-, se traduce en la sudamericanización del continente. Aprovechando este momento, Brasil lanzó el proyecto sudamericano de defensa junto a Venezuela, que en 1998 en una conferencia de la OTAS, habló sobre un sistema de integración sudamericano.

En el artículo "A Defensa na Agenda Nacional: O Plano Estratégico de Defensa", quedó de manifiesto por parte del Ministro de Defensa, Nelson Jobim -en 2008- la necesidad de remodelar "los paradigmas políticos y económicos que comandarán las relaciones políticas durante gran parte del Siglo XX". Brasil empezó a estructurar temas de defensa regional y es aquí cuando parte la iniciativa de viajar (Jobim) por todo el continente sudamericano buscando apoyo y la creación del proyecto (CDS). En este viaje se encontró con sus pares, con diferentes ministros y con los presidentes de los diferentes estados de sudamérica. Incluso, Condoleezza Rice dijo no tener ningún problema en el proyecto que daría vida al Consejo de Defensa Sudamericano. Ello, en una visita oficial que realizó a Brasilia.

De esta manera, los presidentes acordaron definir un grupo de trabajo que estudiara la eventual  creación del CDS. Por su parte, Colombia impuso una serie de condiciones que dieran garantía a su participación en la instancia. Los requerimientos del país cafetero fueron: las decisiones se adoptarán por consenso, habrá un reconocimiento explícito a las fuerzas institucionales, y una declaración expresa de rechazo a todas las organizaciones violentas provocadas por fuerzas armadas irregulares.

                         Consejo de Defensa Sudamericano

La UNASUR a través de la Declaración de Santiago, inició el proceso de creación del CSD conformado por 12 países: Argentina, Bolivia, Brasil; Chile; Ecuador; Paraguay; Guyana; Perú; Suriname; Uruguay; Venezuela y Colombia (que en un principio no formaba parte). Se constituyó el 11 de diciembre de 2008 en Santiago, creando un Estatuto que cuenta con 18 artículos, utilizados como instancias de consulta, cooperación y coordinación en materia de defensa en armonía con el tratado constitutivo de UNASUR.

En dicho estatuto se establecen principios y disposiciones de soberanía, integridad e inviolabilidad territorial de los estados, la no intervención; autodeterminación; paz; seguridad; respeto a los DD.HH.; la solución pacífica de controversias e intercambio de experiencias.

Por parte del CDS, los objetivos perseguidos son la consolidación de Sudamérica como una zona de paz, ser una base de estabilidad democrática y de desarrollo integral de los pueblos, contribución a la paz mundial; la construcción de una identidad sudamericana en materia de defensa; contribuir al fortalecimiento de la unidad de América Latina y el Caribe y, finalmente, generar consensos para fortalecer la cooperación regional en materia de defensa.

También no podemos dejar de nombrar la declaración de 2009-2010 como plan estratégico que ideó: Políticas de Defensas, Cooperación Militar; Acciones Humanitarias y Operaciones de paz (algunas en Haiti); Industria y Tecnología de la Defensa y Formación y Capacitación, principalmente mediante el Centro Sudamericano de Estudios Estratégicos de Defensa (CSEED).

                                               ¿Es una OTAN del Sur?

A mi juicio, la OTAN no funciona de la misma manera que el Consejo de Defensa Sudamericano, ya que la primera entidad creada en la Post-Guerra cumplió la finalidad de frenar a los soviéticos. Hoy, es una Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) y, últimamente, se encarga de la seguridad de todo el mundo. Por su parte, el CDS busca la cooperación militar, la paz, la soberanía y mantener los territorios bajo los principios del estatuto, sin que ello implique intervención en otros países. Ejemplos concretos del rol que desempeña lo encontramos en la historia reciente: en Haití (terremoto), donde por primera vez, se participó cooperando por una causa no beligerante. También, en el apoyo manifestado a Argentina en la polémica con Inglaterra por las Islas Malvinas o Falkland.

El CDS es el primer paso para consolidar la Región como una zona de paz, para obtener un protagonismo internacional y, a la vez, fortalecer el sistema sudamericano de cooperación y respeto mutuo entre los países.

Por ende, más allá de los intereses bélicos de algunos, ha servido como un medio de paz y  seguridad para nuestra Región y, sobre todo, una integración en materia de defensa, apoyada por la nueva potencia mundial sudamericana: Brasil.