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Lunes 30 de Mayo de 2016

Desempleo, un duro golpe a la distribución de la riqueza.

Por: Patricio Valdés Fuentealba.
Abogado Universidad Central de Chile, Magister Derecho Privado Universidad del Desarrollo, Máster en Derecho Empresarial y Doctor © en Derecho Universidad Autónoma de Barcelona.
Ex Decano (I) Facultad de Derecho Universidad Uniac y Universidad Central de Chile.
Profesor Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales Universidad Central de Chile.

A nadie ha de sorprender las altas cifras de desempleo registradas en nuestro país, las que mantendrán su nivel en los meses venideros, pese a que en los meses de diciembre a febrero fueron realizadas importantes reducciones de planillas de empresas, esto previniendo el oscuro escenario que vive nuestra economía, ya sea por los efectos de la desaceleración económica global, como el menor estímulo dentro de nuestras fronteras.

Básicamente el desempleo se ha visto afectado en el norte por la caída de la minería, basado principalmente por los bajos precios de los commodities y por la falta de inversión en los últimos años. En Santiago los efectos inesperados de la Reforma Tributaria en materia de empleo ya comienzan su retirada, con ella la finalización de las obras inmobiliarias que se encontraban en construcción, y en el sur, cuya situación de empleo era bastante promisoria, hoy se encuentra en delicado escenario provocada por la crisis del sector salmonero.

Siendo considerado el consumo como el motor del crecimiento económico, al desempleo le corresponde ser el motor de la pobreza, un problema para el desarrollo de la economía. En lo inmediato la falta de fuente laboral representa para las familias la imposibilidad de adquirir aquellos bienes necesarios para su modesta subsistencia, les priva de ingresos y poder adquisitivo, imposibilitando el poder de ahorro y obligando a consumir el eventual ahorro existente.

En el mediano plazo el desempleo aumenta el endeudamiento de las familias, acrecienta la pobreza de la ciudadanía y provoca la pérdida de la capacidad productiva. Para el Estado el desempleo implica un aumento en el gasto público, específicamente en planes sociales. A largo plazo su efecto es devastador ya que afectará directamente las exiguas jubilaciones de los chilenos y generará un problema para el erario nacional ya que deberá asumir la subvención de aquellas necesidades que no podamos cubrir.

Por otra parte cobra especial importancia este tema en cuanto nuestro sistema económico acrecienta su lado negativo en momentos de escaso crecimiento como el vivido actualmente, incrementando la concentración de la riqueza en unas pocas manos, y consecuentemente distribuyendo la pobreza entre los restantes.

Es fundamental retomar cuanto antes el rumbo económico, para ello el gobierno ha impulsado una agenda pro crecimiento, pero esta vez hemos de tener conciencia en que para avanzar hacia el desarrollo necesariamente se debe revertir la precariedad del empleo y el bajo nivel de remuneración en que se encuentra gran parte de nuestra población.

El método para combatir la falta de equidad en la distribución de la riqueza pasa por el fortalecimiento de las instituciones, especialmente aquellas destinadas a la fiscalización, de la misma manera debemos abocar esfuerzos en mejorar la infraestructura y productividad. Finalmente no podemos escatimar en elevar los índices de calidad de la educación, reconocida como la principal herramienta para el progreso de las naciones.