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Chilenos malos para guardar secretos

El CESOP realizó una encuesta para pesquisar algunas opiniones y conductas que tiene la población respecto del manejo de la confidencialidad en las relaciones humanas.

Un primer hallazgo demostró que a la hora de comprometer un secreto, se tiende a confiar  más en personas de su propio sexo. Para Andrés Llanos, sociólogo y Director de CESOP "compartir un secreto establece una complicidad y por ello se recurre a quienes no juzgarán ni criticarán, privilegiando a quienes puedan tener experiencias comunes y una   mirada similar para analizar las situaciones"

La encuesta también reveló que el 47% declara haber sido traicionado cuando ha confiado un secreto, rasgo que aparece mayormente presente en las mujeres.

Por otro lado, el 35% reconoce haber roto una promesa de secreto y haber contado a otras personas algo que se les confidenció, sin haber diferencias en ello entre hombres y mujeres, aunque sí se aprecia que esto ocurre  preferentemente en personas de 18 a 49 años. Las personas mayores son más leales para guardar secretos.

Andrés Llanos sostiene que "los secretos se sustentan preferentemente en las emociones de vergüenza, miedo y culpabilidad, y constituyen  una manera tradicional de relacionarse"  y agrega "las personas más jóvenes han desarrollado en la sociedad moderna  una manera de relacionarse  que no busca agradar a los demás, es un nuevo tipo de socialidad, y la prueba más evidente de ello es la transmisión de información en las redes sociales, que no guardan secretos"

Por último, el 67.7% admite que los chilenos y chilenas no son buenos para guardar secretos, creencia más acentuada en las mujeres y que se va reafirmando a medida que las personas tienen más edad. "La distinción entre el yo íntimo y el yo público es cada día es más sutil en la sociedad moderna. Años atrás la percepción al respecto era muy diferente", concluye el académico de la U. Central.