Click acá para ir directamente al contenido

Políticas de Estado reguladas por el mercado

Alejandro Torres F. Director escuela de Obras Civiles y Construcción, Universidad Central

Imagen foto_00000005El día jueves 6 de octubre el ministro Gómez – Lobo explicó el porqué de la restricción a los vehículos catalíticos inscritos hasta el 01 de septiembre de 2011, donde una de las razones que otorgó fue que esa medida por sí sola iba a incentivar la renovación del parque automotor, es decir, deja al arbitrio del mercado una política que debe ser pública. Por otro lado, criticó a quienes estamos en contra de la restricción vehicular por los efectos marginales que ésta provoca a la descontaminación de la ciudad, incentivando además la compra de un segundo vehículo, aumentando con ello el parque automotor, todo esto avalado por la experiencia nacional e internacional al respecto.

No he encontrado ningún estudio serio que avale la hipótesis del Sr. Ministro, es más, la medida propuesta es a lo menos discriminatoria, debido a que aquellos que pueden comprar un vehículo nuevo lo harán (no hay evidencia que en esa transacción esté incluido el vehículo usado, si hay evidencia para suponer que mantendrán con ellos su vehículo mas antiguo), mientras que los que no puedan adquirir un vehículo nuevo, tendrán que dejar su vehículo en la casa (es decir se discrimina de manera arbitraria a una gran parte de los usuarios de los vehículos).

Una política pública por definición debe ir dirigida a la mayor parte de la sociedad, la hipótesis del Sr. Ministro está lejos de ello. Por otro lado, pide que los ciudadanos pongamos un ‘grano de arena’, yo como ciudadano pido el esfuerzo del Estado y propongo medidas de fondo, donde el Estado ponga su ‘grano de arena’: cualquier renovación del parque automotor debe ir acompañada por incentivos para renovar el vehículo y no para sumar otro vehículo (menos dejar esta medida al arbitrio del mercado); inversión pública en: programación inteligente de los semáforos de la ciudad, reparación de las calles de la ciudad (los baches provocan accidentes de tránsito y aumentan la congestión vehicular), traslado de los terminales de buses a la periferia de la ciudad (estaciones intermodales en metro La Cisterna, Del Sol, Pajaritos, Vespucio Norte) evitando que los vehículos pesados ingresen al centro de la ciudad (mitigando con ello la congestión vehicular y, por ende, las emisiones contaminantes).

Estas medidas si son sustentables en el tiempo y están avaladas por diferentes estudios y experiencias, sobre todo en países europeos. Tampoco hay que olvidarse de las regiones, donde también se echa de menos el ‘grano de arena’ que debe poner el Estado, generando políticas públicas para disminuir los niveles de contaminación ambiental.