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Martes 9 de Diciembre de 2014

Manual de supervivencia económica para fin de año

Por.- Hernán Pape, académico Facultad Ciencias Económicas y Administrativas

Imagen foto_00000011En el umbral de un  nuevo fin de año, junto con el mar de gastos que las festividades de rigor implican, conviene hacer una panorámica del consumidor chilensis y su comportamiento económico para estas fechas y deslizar algunas recomendaciones para cuidar su bolsillo, más allá de los festejos.

Primeramente, convengamos en que el consumidor chileno de hoy es exigente y sofisticado, le gustan los artículos tecnológicos, modernos y de vanguardia; busca buena relación entre precio y calidad,  privilegia la comodidad y rapidez, compra en mall y en lugares de fácil acceso, prefiere el consumo presente antes que el futuro, es decir, gasta y no ahorra; compra con tarjetas de crédito, en vez de al contado, y cada día usa más el pago electrónico - con tarjetas de débito o crédito- y menos el cheque o efectivo.

Así las cosas, diciembre no parece ser el mes en que más gasta, sino en el que más  se endeuda; pero está claro que el porcentaje de crecimiento del gasto dependerá del nivel de ingresos del consumidor, del tipo de celebraciones que desea realizar, y de la cantidad y precios de los regalos que pretende adquirir.

Ejemplifiquemos con un consumidor cuyo ingreso mensual asciende a $600.000, con un grupo familiar de cuatro personas y que celebrará en Navidad y Año Nuevo. Si gasta unos $80.000 en alimentos y bebestibles, superando el 10% de sus ingresos; y si compra seis regalos a $12.000 cada uno, totaliza $72.000, lo que sumado a los $80.000 da como resultado $152.000, cifra que excede el 25% de sus ingresos.

Si una familia gasta en forma adicional $ 200.000 pesos y paga con su tarjeta de crédito, considerando una tasa mensual de 2% la cuota mensual adicional es de $ 10.574 por 24 meses, totalizando un pago de $ 253.776.

Luego, las cifras hablan por sí solas y reflejan los principales errores del consumidor chileno, propenso al consumo desmedido, a pensar que las líneas de crédito asociadas a cuentas corrientes y las tarjetas de crédito son dineros propios, cuando en realidad son de las instituciones financieras, a olvidarse que los gastos mensuales no pueden superar a los ingresos del mes, a no considerar que las compras a crédito implican gastos por intereses y que los atrasos en los pagos significan gastos en cobranzas y a no asumir su propia realidad económica preferiendo endeudarse para quedar bien con terceros.

Con todo, las recomendaciones, no por simples, son menos útiles.

Planifique sus futuros ingresos y gastos para los próximos meses, plantéese un escenario económico de corto plazo y póngase un techo razonable para gastar en regalos. Tire líneas; diagnostique su propia situación financiera para conocer su capacidad de ahorro o su  nivel de sobreendeudamiento. Aquí, una planilla excel o hasta una hoja de cuaderno le puede servir para visualizar cómo  recortar los gastos en donde le sea posible o, dicho en simple, si es necesario apretarse el cinturón. 

Finalmente, elabore una suerte de ranking en el cual distinga los gastos prioritarios de aquellos prescindibles. En caso de que sean imprescindibles, cotice y recotice y, si puede, evite comprar a crédito para que los intereses futuros no le pasen la cuenta.