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Martes 9 de Diciembre de 2014

La salud: derecho humano aún no garantizado en Chile

Por.- Dra. Nelly Baeza Tapia, coordinadora del Programa de Salud Pública de Facsalud

Imagen foto_00000003El 10 de diciembre se conmemora, como todos los años, el Día Internacional de los Derechos Humanos.  Momento de reflexionar si en Chile está realmente garantizado un derecho humano fundamental: el de la salud.

La falta de especialistas en regiones, de insumos, la deuda hospitalaria y el cierre de infraestructura por falta de recurso humano calificado, como es el caso de la UCI pediátrica del Hospital Padre Hurtado, que afecta a los sectores más desposeídos y emergentes de la población, creando una enorme desigualdad frente a quienes acceden al sistema privado de salud, que –dicho sea de paso -corresponde a menos del 20% de la población, hace que la atención de salud sea una herida abierta en la sociedad chilena.

Si bien en nuestro país contamos con un nivel de salud de países desarrollados, con una baja tasa de mortalidad infantil, una esperanza de vida de 83 años para las mujeres y de 76 en los hombres, agua potable y control de las enfermedades infectocontagiosas,  persiste una gran desigualdad en atención sanitaria. Además, aunque nuestro sistema sanitario es eficiente, el dinero invertido en salud nos pone -en el mundo- como un sistema que gasta poco para los resultados promedios.

Nuestro sistema sanitario opera en una lógica dual;  recursos estatales para los pobres, concebidos inicialmente como beneficencia, y recursos propios para los que tienen dinero. En salud, la solidaridad y la complementariedad no existen.  Recordemos que el derecho a la salud implica, no sólo una declaración, sino que el acceso a una atención oportuna, aceptable, asequible y de calidad satisfactoria, la cual aún no está garantizada para todos en Chile.

Se han hecho esfuerzos, lentamente, por tener una salud digna para todos y todas pero el mercado está instalado en salud, por lo que resulta difícil que aquellos que hoy reciben “ganancias” por su actividad sanitaria, la inviertan en más salud para todos.

El Estado debe trabajar para tener, en un mediano plazo, un sistema sanitario único. Eso implica estar dispuestos, como ciudadanos, a pagar más para obtener lo mejor.

Así como vamos una vez al año al banco a donar para la Teletón, ¿estaríamos dispuestos a subir los impuestos para aportar, de esa manera, a los niños con discapacidad, con cáncer, a los autistas y a todos quienes tengan deteriorada su salud?