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Enseñanza de la lectura y escritura en Educación Parvularia

Por. Sabrina Devia, académica FACED

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Sabrina Devia

En tiempos donde se discute bastante sobre la calidad de la educación se hace oportuno analizar uno a uno todos los aspectos que contribuyen a ello. Entendiendo que la calidad no se adquiere sólo con mayores recursos materiales o económicos.

Un aspecto relevante es la exposición de nuestros niños y niñas menores de 6 años a las prácticas de la lectura y escritura. En la búsqueda de la tan anhelada calidad de la educación, los  establecimientos educativos, ya sean jardines infantiles o colegios, gracias a su autonomía frente al planteamiento de objetivos en el ámbito curricular, derivan en sus educadoras prácticas que exponen al niño o niña al aprendizaje temprano de la lectura y escritura. 

Cuántos se han preguntado ¿por qué lo están haciendo? Llevan a la sala de actividades de un párvulo, estrategias reiterativas  de apresto para la escritura y métodos asociacionistas para la enseñanza de la lectura, siendo que el requerimiento de las bases curriculares de la educación parvularia es “iniciar” al niño o niña en la lectura y escritura. Existe una gran distinción  en el ámbito educativo entre “iniciar” y “enseñar”.

Sin duda, frente a la discusión de una nueva reforma educacional, llega el momento de cuestionarse cuándo y cómo alfabetizamos a nuestros párvulos y,  para dar respuesta se hace imprescindible conocer, analizar, evaluar y reflexionar lo que estamos haciendo y lo que verdaderamente necesitamos hacer en virtud de una educación trascendente e integral para nuestros niños y niñas. Hoy se deben tomar decisiones respecto a este tema, pues si deseamos que los párvulos lean y escriban antes de los 6 años, entonces se debieran modificar las bases curriculares. Por el contrario si creemos que la lectura y escritura se debe adquirir posterior a la edad antes señalada, tal como lo indica la ley 20.370,  entonces que se tomen los resguardos necesarios para que las prácticas en educación parvularia sean “iniciar” a los niños y niñas en las habilidades ya mencionadas.

Por todo lo anterior, es necesario generar debate y discusión, no tan sólo en el ámbito político, sino también y no menos importante dentro de la academia. Debemos crecer y madurar en educación y para ello necesitamos los espacios académicos donde se manifiesten las posturas de los diferentes especialistas y las opiniones de quienes ejercen como actores activos dentro del ámbito educativo.