Miércoles 21 de Enero de 2015
Por. Dr. Bernardo Morales, decano Facultad Ciencias de la Salud
En materia de Salud, estamos considerando una Reforma del Sistema de Salud que genere mayor accesibilidad, igualdad y calidad en las prestaciones, que deriven en el mejoramiento de la calidad de vida de nuestros conciudadanos.
En este contexto, es importante preguntarse cuál es el rol que juegan las universidades, como entes formadores de profesionales en esta área, en la prevención y promoción de la salud pública, según los estándares y recomendaciones de la OMS.
Y es en este punto que Chile tiene un enorme desafío. Esto, porque actualmente la formación del pregrado en las carreras de salud se orienta, fundamentalmente, al trabajo en hospitales, siendo que toda la experiencia internacional avala la necesidad de fortalecer la Atención Primaria de Salud (APS), como eslabón primordial del Sistema Público de Salud.
Y si bien la necesidad de profesionales de la salud en APS es urgente, no se trata de cualquier profesional. Lo que se requieren son médicos, enfermera/os o terapeutas ocupacionales especializados en APS, con formación de especialidad y visión de salud pública.
En Canadá, Holanda y Reino Unido éstos han tomado la forma de medicina familiar; mientras en Cuba es un modelo consolidado y que en Brasil está ya mostrando beneficios.
Por el contrario, los profesionales de la salud sin formación en APS suelen no tener las suficientes competencias para resolver en forma efectiva los problemas que enfrentan y, muchas veces, no están preparados para el trabajo con equipos multidisciplinarios. La mayor capacidad resolutiva es un sello de un especialista en APS.
Históricamente, la formación de recursos para profesionales especialistas en APS en nuestro país ha sido débil y no ha existido un plan de formación con incentivos sostenidos para impulsar este desarrollo. Es vox populi que los sueldos en APS son poco atractivos y que la rotación es alta.
Ante una Reforma de la Salud aún en ciernes, es momento de otorgar la importancia que se merece a la formación profesional en APS y, para ello, es vital que las universidades formen con estándares explícitos de calidad en APS.