
Los analistas políticos coincidieron en que, tal como se anticipó en el debate de la última reforma electoral, la voluntariedad del voto desincentivará la concurrencia a las urnas, particularmente en los sectores de menos recursos.
El director del CERC, Carlos Hunneus, estimó que este fenómeno afectará por igual al oficialismo y la oposición.
Para Jaime Baeza, académico del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, no corresponde comparar con los procesos electorales anteriores, porque la inscripción automática introdujo un nuevo sistema.
Sin embargo, señaló que se cumplirá el vaticinio que estima que la voluntariedad desincentivará la participación de los estratos más bajos. Partidario del sufragio obligatorio, el experto señaló que esto contribuirá a una mayor segregación.
El académico de la Universidad Diego Portales, Fernando García Naddaf, opinó que, de acuerdo a la experiencia de otros países, cerca del 84% de los votantes de sectores de más ingresos sufragará el 28 de octubre, cifra que caerá al 60% en los estratos de menos recursos. Panorama grave puesto que -a su juicio- incrementará la desigualdad.
El analista de la Universidad Central, Marco Moreno, afirmó que la voluntariedad del voto profundizará, además, la crisis de representación.