Click acá para ir directamente al contenido

Viernes 11 de Julio de 2014

El giro del gobierno que generó el escenario para un acuerdo transversal en la reforma tributaria

Imagen foto_00000002El acuerdo sellado en el Senado entre el gobierno y la oposición para destrabar la aprobación de la reforma tributaria marca un antes y un después en lo que será la gestión de La Moneda en la tramitación de los próximos proyectos emblemáticos comprometidos en la campaña y para lo cual la presidenta Michelle Bachelet pidió específicamente el voto de la gente para sus candidatos al Congreso.

Porque si bien en un comienzo se dio la señal de que el gobierno utilizaría sus mayorías parlamentarias, tal como lo hizo en la Cámara de Diputados durante la primera fase de la tramitación del cambio impositivo; finalmente optó por la estrategia de sumar a todos los sectores políticos, incluida la UDI, argumentando la necesidad de darle “legitimidad de origen” a sus reformas emblemáticas.

Este giro quedó en evidencia tras el último comité político realizado en palacio. A la salida, el vocero, Álvaro Elizalde, aseguró que “el gobierno trabajará por el entendimiento entre todos los sectores que quieren construir un Chile con mayor cohesión e inclusión social”, con lo que implícitamente adelantaba la nueva estrategia asumida por el Ejecutivo en una de las fases claves para conseguir los votos de un amplio espectro político para sacar adelante la reforma.

El fantasma?

Así las cosas la dirección adoptada por La Moneda -que podría replicarse en la discusión de los otros proyectos ejes- es resistida por los sectores más de izquierda de la Nueva Mayoría, quienes ven con inquietud el fantasma de la política de los consensos, utilizada ampliamente, por la Concertación en la década de los 90 para conseguir los votos de la derecha para reformas impulsadas en esos años, entre ellas el alza de impuestos realizada por el ex presidente Patricio Aylwin.

Sin embargo los involucrados en el acuerdo descartan que se trate de una reedición de “la política de los acuerdos”, no solo porque los tiempos han cambiado sino porque para hacer políticas públicas duraderas es necesaria la participación de todos los actores, de modo que los cambios tengan mayor legitimidad. Para el cientista político y decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Central Marco Moreno es “bastante simplista decir que se está reviviendo la política de los consensos. Es una caricatura de sectores de la Nueva Mayoría que no quieren la lógica de cooperación que se requiere para avanzar en políticas públicas”.

Pragmatismo

Pero este giro del gobierno respondería a un diagnóstico marcado por una fuerte caída del respaldo ciudadano a las reformas emblemáticas. De ello dan cuenta las encuestas tanto públicas como privadas que manejan en palacio.

Lo anterior sumado a las discrepancias surgidas en el seno de la coalición oficialista, liderada por la DC; pero también a las conversaciones directas que sostuvo con los empresarios que la acompañaron en su visita oficial a Estados Unidos, hace casi dos semanas, permiten deducir que se impuso una visión pragmática como salida para aprobar el proyecto aún cuando eso significara ceder en aspectos que, en un inicio eran intransables, pues afectaban lo que se llamó el corazón de la reforma.

De hecho, solo en mayo, Bachelet afirmaba que “no se cambiaría el corazón de la reforma, que no solo es el monto del dinero, sino también la equidad tributaria”, y según los expertos fue precisamente lo que se modificó y terminó por convencer a la derecha.

En esa línea el cientista político Patricio Gajardo plantea la tesis de que la mandataria “opta por incorporar a los nuevos actores (derecha) para resolver sus problemas internos en la Nueva Mayoría, porque cualquier cambio genera más tensión, y legitima a la oposición pese a que no necesita sus votos para aprobar esta reforma, de lo contrario habría pasado la aplanadora”.

En ese nuevo escenario, en parte de la NM quedaron convencidos que este acuerdo contribuirá a mejorar el ambiente político para la negociación de las otras reformas propuestas por la mandataria, particularmente la educacional, que al igual que la tributaria tiene detractores en el oficialismo y además requiere quórum calificado para su aprobación, por lo que necesitan los votos de la Alianza.

Postura que no comparten los nuevos aliados del bloque y la diputada del PC, Karol Cariola grafica al advertir que “se puede llegar a acuerdos, pero cuando algunos se tratan de subir por el chorro diciendo que esto es la reedición de la política de los consensos, y que las nuevas reformas o las reformas que vienen, se tengan que discutir bajo esta lógica, a nosotros no nos parece bien”.

Imagen foto_00000001

Esta noticia fue publicada también en el enlace http://bit.ly/1jkinN1