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Educar para la inclusión

Marcela Brevis Yéber, profesora de Educación Física, académica UCEN Región de Coquimbo.

Recientemente como carreras del área de educación tuvimos la oportunidad de participar con nuestras y nuestros estudiantes en un taller de capacitación sobre goalball, deporte creado para personas con discapacidad visual, el cual se realizó en el gimnasio multiuso de nuestra universidad.

Aparte de tomar contacto con el seleccionado chileno de la especialidad y apoyar una jornada de captación de talentos regionales, también tuvimos una instancia para motivar, compartir y generar aprendizajes significativos para los seleccionados y los estudiantes de las carreras de Pedagogía en Educación Física, Pedagogía en Educación Diferencial y Personal Trainer.

Eso me hizo pensar en la hermosa responsabilidad que nos cabe para formar profesionales con un alto compromiso para responder con una mirada inclusiva a las necesidades de las personas, en su amplia diversidad; y en su relacionamiento con sus alumnos, la escuela y la comunidad en general.

Hoy más que nunca es fundamental subrayar la trascendencia de abordar el concepto de inclusión, desde un enfoque de derechos, basado en el principio de igualdad de oportunidades, y el derecho a una plena participación y acceso universal al aprendizaje.

Para ello, se hace imprescindible que el trabajo pedagógico se despliegue observando y atendiendo los requerimientos de todas las personas, en términos de género, cultura, y aspectos sociales, étnicos y religiosos. Además, de considerar los diversos estilos de aprendizaje y niveles de conocimiento que tengan los estudiantes.

Más allá de la necesaria reflexión y la transmisión de conocimientos teóricos, debemos concebir espacios para su aplicación práctica y para desarrollar actividades innovadoras en el sistema de enseñanza, en sus distintos niveles.

Experiencias de esta naturaleza durante la formación profesional de los futuros docentes contribuirán al desarrollo de los conocimientos, las habilidades y las actitudes necesarias para atender a niños y niñas y, poder así, alcanzar mayores niveles de calidad y equidad en su quehacer profesional.