
Samuel Fernández Illanes Académico Facultad de Derecho, Universidad Central
Insistió en que practicamos trabas al comercio exterior boliviano y que hasta las huelgas son para perjudicarlos, porque Chile está gobernado por élites familiares, y nombró algunas. Otra clara muestra de provocación inamistosa y de acusaciones temerarias. Y aquí es el Gobierno de Bolivia el que efectivamente transgrede el derecho y las prácticas internacionales, no Chile. Es el caso del compromiso de “convivir en paz como buenos vecinos”, de la Carta de Naciones Unidas. O los principios de derecho internacional de las relaciones de amistad y cooperación entre los Estados (Resolución 2625 XXV de 1970), y la prohibición de la agresión, no sólo la militar, sino que cualquier otra, como aquellas verbales, que constantemente utiliza.
El propósito es de propaganda para influenciar al resto de los países de que Chile actúa de tal manera, que condiciona el desarrollo boliviano e incumple el Tratado. Y de paso, precave y predispone a cualquiera sea la decisión de la Corte en el pleito, para incumplir la sentencia, si le fuera adversa. Una actitud irresponsable, pues no basta someterle el diferendo, sino que se deben crear las condiciones para su solución.
No existe el “economicidio”, y por lo mismo debemos contrarrestarlo de manera activa y no pasiva.