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Domingo 17 de Noviembre de 2013

Bachelet y la incertidumbre del triunfo en primera o segunda vuelta

Imagen foto_00000001El próximo domingo 17 de noviembre los chilenos asistirán una vez más a las urnas para elegir un nuevo presidente de la República, para renovar el Congreso nacional y para elegir por primera vez de manera directa a los Consejeros Regionales. Es la sexta elección presidencial desde el retorno a la democracia, y esta vez se dan algunos elementos de contexto diferente que es muy importante tener en cuenta a la hora del análisis.

Por un lado esta es la primera elección presidencial -desde el retorno a la democracia- donde se pone en práctica el voto voluntario, que además conlleva la inscripción automática de todos los ciudadanos habilitados en los registros electorales. En enero de 2012 es promulgada la ley 20.568, la cual regula la inscripción automática, modifica el servicio electoral y moderniza el sistema de votaciones. Este proyecto de ley viene a dar cuenta de una discusión política instalada en la sociedad chilena sobre la necesidad de mejorar los mecanismos institucionales del proceso electoral que permitieran abordar el problema de la participación electoral, que se manifestaba en que un número importante de chilenos -cerca de 3 millones y medios de chilenos, de un universo de 11,5 millones de ciudadanos mayores de 18 años- no estaba participando de las elecciones por no estar inscritos en los registros electorales. A esto se suma aquellos que votaban nulo, blanco o simplemente no concurrían a ejercer su derecho a voto. A partir de esta reforma se espera facilitar la participación electoral de los chilenos.

En otro ámbito, la elección presidencial del 17 de noviembre ha ampliado la oferta de candidatos. Por primera vez participan nueve candidatos que representan a las diversas coaliciones políticas, partidos políticos con menor representación electoral y a candidaturas independientes de nicho que interpretan temas y grupos específicos. Esto da cuenta de una mayor diversidad en la oferta política. Hay dos candidaturas que representan a las dos principales coaliciones políticas: Michelle Bachelet, representando a la Nueva Mayoria –coalición de centro izquierda que amplía a la anterior Concertación de Partidos por la Democracia; y Evelyn Matthei, representando a la coalición de derecha compuesta por dos partidos: la Unión Democrata Independiente (UDI) y Renovación Nacional (RN). Otros cinco candidatos inscribieron sus candidaturas representando a partidos políticos con menor representación electoral: Marco Enriquez Ominami, Partido Progresista; Marcel Claude, Partido Humanista; ; Roxana Miranda, Partido Igualdad; Alfredo Sfeir, Partido Ecologista Verde; Ricardo Israel, Partido Regionalista de los Independienes. Y finalmente dos candidaturas independientes que se inscribieron adjuntando firmas de ciudadanos que apoyan su opción presidencial: Franco Parisi y Tomas Jocelyn-Holt.

Un nuevo contexto social enmarca estos cambios institucionales. Los movimientos sociales relacionados a las demandas estudiantiles, protección del medio ambiente y respeto a la diversidad y minorias sociales, han logrado poner sus demandas en la agenda política. Desde el año 2011, un fortalecido movimiento estudiantil se movilizó a lo largo de todo el pais exigiendo educación publica, gratuita y de calidad; muchos chilenos participaron además en diversas iniciativas ciudadanas que exigían un desarrollo sustentable; y se movilizaron muchos otros para exigir el respeto a las minorías sexuales, pidiendo poner fin a las discriminaciones. La educación, el desarrollo sustentable y el respeto a la diversidad son temas que hoy están presentes en todo debate y actividad de campaña.

En el mes de septiembre se cumplieron 40 años del golpe militar que terminó con un largo período democratico en Chile, destacado a nivel regional por su institucionalidad y estabilidad. Una amplia cobertura de los medios de comunicación reabrió el debate sobre las definiciones políticas de los chilenos con respecto al legado de la dictadura de Pinochet. Las nuevas generaciones pudieron ver imágenes y testimonios tanto de las victimas como de los principales protagonistas del autoritarismo; se informaron directamente sobre el golpe militar, el régimen autoritario, las violaciones a los derechos humanos y las implicancias políticas, sociales y económicas que esto trajo para Chile. Los chilenos vieron imágenes inéditas del período, se desarrollaron diversos seminarios académicos, donde participaron destacados intelectuales nacionales e internacionales. Nadie estuvo ajeno a la discusión y esto incomodó a quienes apoyaron directa o indiretamente la dictadura militar. La gran particularidad es que las dos candidatas presidenciales más competitivas, Michelle Bachelet y Evelyn Matthei, representan las tensiones de esta larga historia. Ambas son hijas de generales de la Fuerza Aérea de Chile quienes hicieron una carrera y vida juntos y que el golpe militar los puso en dos sendas totalmente distintas. El general Matthei como miembro de la Junta de Gobierno; y el general Bachelet, muerto luego de haber sido detenido y torturado por agentes de la dictadura.

A pocos días de la elección parace muy probable que Michelle Bachelet resultará electa como Presidenta de Chile. Los principales estudios de opinión pública  dan para Michelle Bachelet una intención de voto del 47%, en contraposición a 14% de intención de voto para Evelyn Matthei. El porcentaje restante se diluye entre los siete otros candidatos, siendo Franco Parisi y Marco Enriquez Ominami los que podrían disputar un tercer lugar. Cerca de 80% de los chilenos, independiente de su posición política, creen que Michele Bachelet será la próxima presidenta de Chile, frente a 5% que cree que Evelyn Matthei será la próxima presidenta. Entonces, la pregunta con respecto a las elecciones de este domingo es si Bachelet logrará concitar el apoyo suficiente para ganar en primera vuelta, y si contará con las mayorías necesarias en el Congreso para implementar las reformas que ha planteado en su programa de gobierno.

Es importante señalar que la candidatura de Michelle Bachelet se vió fortalecida luego de las elecciones primarias vinculantes realizadas en el mes de junio de este año. Estas primarias movilizaron a un importante número de ciudadanos y la candidatura de Bachelet se impuso con tranquilidad, logrando luego el respaldo de los otros candidatos de la coalición que participaron del proceso. Sin embargo, para la derecha las primarias fueron un paso más en el errático camino para definir su candidato presidencial.La UDI, partido en el que milita Matthei, había respaldado en un primer momento al carismático Laurence Golborne, ex ministro del presidente Piñera, que se hizo conocido por el rescate de los 33 mineros en 2010. Sin embargo al poco andar, y por presiones de importantes lideres del partido, Golborne declina su candidatura a favor de Pablo Longueira, lider histórico de la UDI. Longueira gana la primaria a Andres Allamand, candidato de RN, pero no puede asumir la candidatura presidencial por un complejo cuadro de salud que lo deja fuera de carrera. En este escenario se define la candidatura de Evelyn Matthei, que se inicia en clara desventaja frente al proceso desarrollado por la Nueva Mayoría.

La participación electoral cumple un rol importante en estas definiciones. Al ser el voto voluntario, la motivación por parte de los candidatos y sus partidos para que los chilenos acudan a las urnas será fundamental. Es complejo hacer pronósticos de los niveles de participación, pero se puede tener en cuenta comportamientos precedentes -elecciones municipales 2012 y primarias 2013- asi como los estudios de opinión pública. Considerando que las elecciones presidenciales han concitado históricamente mayor atención que las municipales en Chile, en esta elección debieran votar más ciudadanos que en la última elección municipal. Se proyecta que en un escenario negativo votaría alrededor de 50% del electorado, y que en un escenario optimista podrían llegar a votar cerca del 66% de los chilenos. Esto implica que cerca de 7,4 millones de ciudadanos con derecho a voto acudirían a las urnas el próximo domingo. A pesar de que pareciera una elección resuelta, el debate sobre temas importantes para la ciudadanía como la educación, reforma tributaria y nueva constitución, llevará a los chilenos a participar del proceso por considerarse esta elección de gran importancia por las definiciones que vienen.

El amplio apoyo a Michelle Bachelet y la debilidad de los partidos de derecha dan posibiidades para que la Nueva Mayoria consiga imponerse en ambas cámaras. El sistema electoral binominal, heredado de Pinochet, ha logrado durante las ultimas dos decadas sobrerepresentar a algunos partidos en el congreso, generando un virtual empate de las dos principales coaliciones. Este sistema electoral obliga a los partidos a aliarse en coaliciones políticas para ser más eficientes en el desempeño electoral, haciendo muy dificil que independientes o terceras fuerzas logren representación. En esta elección, la estrategia de definición de candidatos, así como candidaturas independientes competitivas, debilitan la opción de los partidos de derecha -UDI y RN- lo que los haría perder de 4 a 7 escaños en la camara baja, y por su parte la Nueva Mayoria podría sumar entre 6 y 8 escaños. A su vez se mantendrá una mayoria de los partidos que apoyan a Michelle Bachelet en el senado.

En conclusión, la pregunta para estas elecciones es si Michelle Bachelet logrará imponerse en primer vuelta o si la elección presidencial se resolverá en una segunda vuelta. El porcentaje de participación electoral será clave en esta definición presidencial y en la configuración del nuevo Congreso.

Columna de opinión de la directora de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Central de ChilePamela Figueroa, publicada en el portal de AméricaEconomía en el enlace http://www.americaeconomia.com/node/105148