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Martes 18 de Octubre de 2016

“Abstención podría superar la barrera del 60%, pero la correlación de fuerzas no va a variar”

Entrevista al decano Marco Moreno del diario El Mercurio de Valparaíso

Imagen foto_00000001"Existe la mezcla perfecta para que la participación electoral en la elección del domingo sea menor que en las últimas elecciones desde que se instaló el voto voluntario", sentencia el analista y decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública en la Universidad Central de Chile, Marco Moreno.

Así, tomando en cuenta que en la presidencial la participación llegó al 43% y en la última municipal del 42%, "todo parece indicar que con la crisis de confianza en las instituciones, unido a los errores en el padrón electoral, podríamos llegar a tener una participación que bajara de la barrera del 40%".

– En general, en los países que tienen voto voluntario la participación es aún más baja...

– Sí, en general son más bajas las cifras. En América Latina son pocos los países que tienen voto voluntario. Colombia y Chile son los ejemplos más claros. Por lo tanto, el voto voluntario y la inscripción automática -que se planteó el 2012 como el gran remedio para los problemas de nuestra democracia- lejos de haber incrementado la participación, más bien ha operado en sentido contrario generando mayores incentivos para que la gente deje de participar. Por eso no ha sido una buena experiencia la que hemos tenido hasta ahora y donde tomando en cuenta el contexto, podríamos llegar a una abstención que supere e 60%.

– ¿Hay que hacer ajustes o es mejor esperar a que este sistema se asiente Porque al final refleja el verdadero interés de los chilenos en votar y, por lo tanto, una solución es que haya candidatos o ideas que entusiasmen?

– Bueno, ese es el argumento que plantea los beneficios del voto voluntario en el sentido de que transparenta. Pero en una sociedad que demanda tantos derechos como la nuestra, tiene que tener una contrapartida en términos de deberes. Y un deber importante de los ciudadanos es participar de estos procesos porque finalmente lo que ocurre es que al final la política la deciden los que juegan tal como pasó en el Brexit en Inglaterra o con el plebiscito en Colombia, donde no ganó la opción no, sino que no ganó la opción si porque fue muy poca gente a votar. Los datos muestran los sesgos de clase que se dan en el contexto del voto voluntario y el número creciente de gente que no está yendo a votar corresponde a ese segmento, al segmento medio bajo.

– ¿Fue un error, entonces, o hay que cambiarlo?

– Creo que en el caso chileno y por las características de nuestra ciudadanía, a la que todavía le falta mayor madurez cívica, no fue acertado el sistema del voto voluntario. Y en ese sentido creo que sería prudente volver a explorar el voto obligatorio, pero mantener la inscripción automática.

Intermitencia

– ¿Los movimientos ciudadanos y sus candidaturas más críticas pueden ser una motivación para que estos jóvenes inscritos que no votan se motiven a votar?

– Creo que la indignación que representan esos grupos no necesariamente sean un catalizador de mayor participación. No basta con la indignación, no basta con plantear que todo está mal porque eso tampoco moviliza. ¿Para qué me voy a movilizar si todo está mal? No basta con indignarse, ¿quién conduce ese proceso?, ¿quién le da sentido a esa indignación? En Chile lo que sobra es indignación, pero falta cómo le das conducción a esa indignación. Entonces, lo que tenemos es una ciudadanía de baja intensidad que está participando de manera intermitente en aquellas cosas que los convocan. Por ejemplo, salen a marchar contra las AFP, pero no van a ir a votar. No les llama la atención. No es que estén desinteresados sino que se han distanciado de la política porque la política ya no está en el centro de nuestras vidas como lo estaba antes. La política ya no se vive con el dramatismo de los años 80 o los 90.

– Entonces, ¿su pronóstico del domingo es reservado?

– Esta elección municipal no servirá como predictor presidencial. Esta todo muy líquido todavía. Ahora, si en términos electorales me preguntas ¿qué coalición política va a ganar? Pues, bueno creo que no habrá un cambio significativo en la correlación de fuerzas de lo que tenemos hoy día. Puede que haya una variación entre un municipio y otro como, por ejemplo, que en Valparaíso gane DJ Méndez y Chile Vamos pierda esa plaza pero a su vez puede ganar Providencia. Pueden ocurrir cosas así, pero eso no va a cambiar sustancialmente la correlación de fuerzas que tenemos hoy día. Por lo tanto, el lunes 24 de octubre Chile no va a ser tan distinto a lo que es hoy día. Ahora sí habrá un efecto como resultado de la abstención, ahí habrá un fuerte cuestionamiento a los partidos y al propio Gobierno por el bochorno del padrón.

– ¿No hay predicción presidencial?

– Sí hay un predictor presidencial respecto de las pretensiones de Piñera y de Lagos respecto a lo que pasé en Providencia y Santiago. Ahí sí vamos a poder ver cómo está leyendo la opinión pública la opción de Piñera y de Lagos. Si en Santiago gana Alessandri por sobre Tohá y en Providencia gana Matthei por sobre Errázuriz, es un indicador. A todo el resto, el 4-0 que llaman y que es el número de alcaldes, número de concejales, votos de concejales y de alcaldes, le agregaría un quinto elemento: el resultado de comunas emblemáticas.

– ¿Y en comunas con candidatos mediáticos como Valparaíso?

– En Valparaíso, con J Méndez, al igual que en Maipú con Kathy Barriga, donde hay candidatos mediáticos, se expresa la disputa entre la popularidad y la capacidad de gobierno. Si se opta por la popularidad, había que empezar a evaluar lo que podría ser la candidatura presidencial de Guillier. O sea si gana DJ Méndez o Barriga quiere decir que la gente está votando no por la capacidad de gobierno sino que por quién es más popular y Guillier podría verse favorecido de esto. Ahora, los problemas de Valparaíso no se resuelven con popularidad.

Fuente: www.mercuriovalpo.cl

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