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Trabajo por cuenta propia: Segmento creciente y desafío pendiente

Sergio M Urrutia Donoso Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, Universidad Central

Imagen foto_00000005Conocida la cifra de 7,1% correspondiente a la tasa de desocupación entregada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) para el trimestre móvil mayo-junio, la más alta desde septiembre de 2011, ocurren varias proyecciones en línea con los analistas del mercado, que, dicho sea de paso, esperaban una cifra levemente inferior.

Hacia diciembre, deberíamos esperar un incremento en la tasa, el cual estaría presionado por el sector de la construcción. De acuerdo con lo informado hace unas pocas semanas por la Cámara Chilena de Construcción, esta cifra podría estar sobre el 10,0% a fines del presente año para esta industria.

Ahora bien, en mayo pasado, la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL) junto con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), entregó un informe augurando que el desempleo en la región aumentaría en el año 2016 a causa del deterior económico regional y que esta tasa se debería ubicar sobre el 7,0%. Brasil superó el pronóstico con creces anotando en agosto un 11,6%, mientras que Argentina informó una cesantía de  8,5%.

Si bien es cierto el escenario para la región no es bueno, tampoco lo es para nosotros, sobre todo por el aumento en una dimensión que requiere de una gran preocupación: “Trabajo por Cuenta Propia”. Durante el presente año, el INE ha informado que esta modalidad ha tenido un incremento sobre el  6%  registrando en la última entrega de información un  7,6%, cifra para analizar  con un poco de más detención.

El problema del trabajo por cuenta propia es que no siempre está asociado a condiciones labores dignas, y caen en él actividades como el comercio informal, los trabajos independientes o “pololitos”, con bajo ingresos y escasa o nula protección social.

La OIT,  bajo la dirección general del chileno  Juan Somavía Altamirano,  (1999 - 2012),  definió el concepto de trabajo decente como aquel que se realiza en condiciones de libertad, equidad, seguridad social y dignidad humana. Desde el punto de vista de la seguridad social, el trabajo por cuenta propia, generalmente no destina recursos para prever una pensión digna ni tampoco para acceder a prestaciones de salud.

Los altos niveles de expectativas de vida en Chile (80,5 años promedio) que nos ponen cerca de países desarrollados como Canadá cuya población se estima que alcanzará los 82,2 años, no se condicen con los bajos niveles de seguridad social de un número de trabajadores que va en aumento.

Este nuevo fenómeno laboral obliga a pensar en ese futuro que cada día se acerca a pasos agigantados de modo que cuando llegue no sea tarde y nos enfrentemos a pensiones asistenciales y salud pública con las limitaciones por todos conocidas.

El trabajador por cuenta propia supuestamente ejerce independientemente una profesión u oficio pero no tiene ningún empleado a sueldo o salario. Es la definición teórica de un grave problema que ya está empezando a ocurrir en la práctica.