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Jueves 2 de Junio de 2016

SENAME: Es hora de bajar del palco

Por Alejandro Hurtado de la Fuente
Académico de Derecho Penal, Universidad Central de Chile.
Profesor de Derecho Penal en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Central de Chile y Magíster en Derecho Procesal Penal y Comunicación Forense por la misma casa de estudios.

Como señalamos ya hace algunos meses atrás, a propósito de las modificaciones que requiere nuestro sistema procesal penal, hicimos mención a la restructuración del Servicio Nacional de Menores en calidad de urgente, atendidas las grandes deficiencias que presenta dicha entidad.

Al respecto debo señalar, que no es un capricho lo expuesto precedentemente, ya que sólo basta concurrir a cualquiera de sus centros e inmediatamente uno puede darse cómo operan en esta institución, más allá del esfuerzo que los funcionarios de esta realizan día a día.

¿Qué pasa realmente?, las respuestas son variadas, pero la verdad, es que resulta fácil percatarse, primero no se cuenta con un presupuesto a lo menos mediano para los centros que hoy funcionan a lo largo y ancho del país , segundo, los funcionarios en muchos casos no cuentan con las competencias necesarias que se requieren, tercero, la infraestructura es del todo insuficiente, y por último no podemos dejar de mencionar la falta de personal en los centros, ya sea para trabajar con menores infractores como no infractores de ley, esto sin perder de vista que hasta el momento no se ha cumplido con el principio de separación de los menores en el organismo, lo cual dificulta aún más la labor que al interior de este se lleva a cabo.

La pregunta que el suscrito se hace es ¿se le ha dado la importancia que merece a esta institución? La respuesta es categóricamente no, sólo parches y más parches y no salimos de ahí, y entonces suceden episodios como el acontecido en el hogar Galvarino, con la menor Lisstte Villa Poblete, un ejemplo vivo de cómo opera el sename hoy, donde quedan demostradas las profundas deficiencias en los diversos ámbitos y centros.

Por lo anterior, debe tratarse con urgencia este tema, ya que no es posible que estos episodios se zanjen mediáticamente por ejemplo desvinculando a los directores de turno o a los responsables directos en el caso como podría darse en el caso de la menor ya individualizada, por ello entonces, se requiere una restructuración del organismo que otorgue reales garantías a los menores acogidos por esta institución, y de que manera, muy simple, entregándole a los centros un presupuesto adecuado, contratando personal calificado y posibilitando la construcción o ampliación de los centros que hoy no dan abasto en diversas regiones del país, todo lo cual de no concretarse perjudica seriamente a mi juicio el desarrollo y reinserción social de los menores que conviven día a día en dicha entidad.

Ejemplos de lo anterior se visualizan en el propio informe efectuado por Contraloría donde se detectan situaciones entre otras como la demora por más de 339 días en la evacuación de informes relativos a los planes de intervención, otro ejemplo se aprecia en la falta de experiencia laboral y de requisitos académicos de los educadores de trato directo y como guinda de la torta en materia de infraestructura nos encontramos que en una misma habitación pernocten menores de ambos sexos y de edades que fluctúan entre los 4 y 21 años, francamente impresentable, situaciones que por lo demás ocurren incluso en las cárceles de adultos, siendo más grave por cierto que ocurra en el caso de los menores de edad.

Lo que planteo en definitiva atendido lo expuesto, es que se lleven a cabo, políticas sistemática de prevención y reinserción social en su caso, por cierto sin dejar de valorar las demás medidas propuestas por el gobierno, unas ya aprobadas en la agenda anti delincuencia como es el caso del control preventivo de identidad,

En conclusión, el sistema penal requiere de un cambio estructural sujeto a revisiones periódicas cada cierto tiempo por lo delicado que resulta , esto es, no sólo basta la reforma al Código Penal que hoy se plantea, sino del sistema en su conjunto, que por lo demás no ha tenido cambios sustanciales en muchos años, sin perjuicio de la ley de responsabilidad penal adolecente, que a mi juicio ya requiere de una revisión profunda, cuestión que coincidentemente hace pocos días se ha planteado por los propios diputados y autoridades del país en forma transversal, de otro modo no se puede esperar más, ya que de no corregirse las deficiencias expresadas en esta nota, seguiremos conociendo situaciones tan lamentables como aquella que dice relación con la menor fallecida hace unos días en el hogar Galvarino de Estación Central, por lo tanto es hora de bajar del palco.