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Viernes 21 de Agosto de 2015

Santiago Valdés, el Peñailillo de Piñera

El Mostrador

Imagen foto_00000001Rodrigo Peñailillo podría ser a Michelle Bachelet lo que Santiago Valdés es a Sebastián Piñera. Muy cercanos, personajes de máxima confianza, conocen los secretos de sus jefes. Si bien Valdés no pasó a la primera línea de la política como Peñailillo, fue nombrado administrador electoral de Piñera, a la vez que manejaba su brazo de inversiones privado. Y la actual situación judicial de ambos compromete también a los líderes a cuya sombra se instalaron. En el caso del ex ministro del Interior, su testimonio será clave para determinar si Bachelet sabía de la existencia de la precampaña y sus mecanismos de financiamiento irregular, cuestión que ella ha negado. Lo que diga o no diga Santiago Valdés a los fiscales, en tanto, eventualmente también puede comprometer a Piñera.

Fabio Valdés, su padre, fue el mejor amigo de Sebastián Piñera desde 1° básico en el Colegio Verbo Divino. Juntos entraron a Ingeniería Comercial en la U. Católica y mantuvieron su amistad intacta a lo largo de los años. Fabio Valdés es de los que trata al ex Presidente de “Chatito”.

Santiago Valdés es el segundo de sus ocho hijos, salió del Colegio Cordillera, estudió Ingeniería Civil de la UC y después cursó un MBA en Kellog, la escuela de negocios de la U. de Northwestern, que está entre las 10 mejores escuelas de negocios del mundo.

Trabajó tres años en la corredora LarrainVial y en 2005 asumió la gerencia de administración y finanzas de Bancard –controladora de Bancorp, la empresa de Piñera que lo vincula a SQM durante el periodo de campaña política–, cargo que ostentó hasta 2010. Valdés no solo estuvo en varias de las grandes inversiones que realizó Piñera (CHV y LAN), sino que también fue parte de la organización del fideicomiso ciego que efectuó el ex Presidente al decidirse a competir para llegar a La Moneda, según un reportaje de revista Capital de 2013. Otro de sus trabajos para el ex Mandatario fue la creación del Parque Tantauco en Chiloé.

Santiago es sobrino de Manuel Cruzat, quien casado con Delia Valdés, hermana de su padre. El mismo parentesco tiene con el conocido litigante Pedro Pablo Gutiérrez, hermano de su madre Ana María Gutiérrez.

En 2009, al mismo tiempo que trabajaba en Bancard, fue el administrador electoral de la campaña de Sebastián Piñera. Santiago Valdés era el hombre a cargo de la caja y de ver los flujos de dinero en la carrera presidencial. Un reportaje de Ciper lo consignó como el “ministro de Hacienda de la campaña”. Durante ese tiempo trabajó junto a otro socio y amigo de Piñera, José Cox.

Tras derrotar a Eduardo Frei y ser el primer Presidente de derecha electo desde 1958, Piñera se llevó a Valdés a La Moneda. Fue uno de sus asesores más cercanos en 2011 y encabezó las negociaciones con Douglas Tompkins para desarrollar el Parque Nacional Yendegaia y encargado nacional del Programa Legado Bicentenario.

Este miércoles conoció que es una de las 13 personas que serán formalizadas por el caso Penta. Una hecho que estrecha el cerco sobre el ex Presidente Sebastián Piñera.

Boletas, forwards y SQM: las huellas de Valdés

Santiago Valdés ha aparecido varias veces desde que comenzó la investigación de la Fiscalía por el caso Penta y luego cuando se extendió a SQM. En 2009 firmó –según la indagatoria del Ministerio Público– el contrato forward entre Bancorp y CB, la empresa de su tío Manuel Cruzat, sospechoso de ser simulado para retirar fondos que eventualmente habrían ido a parar a la campaña política de Piñera. Todo quedó en familia, ya que la otra persona que firmó el contrato es la hermana de Carlos Alberto “Choclo” Délano, otro íntimo amigo de Piñera.

En su declaración ante la Fiscalía, el ex director ejecutivo de Chilevisión, Jaime de Aguirre, mencionó a Santiago Valdés, entonces gerente de finanzas de Bancard, como una de las personas que le sugirió que emitiera boletas a Aguas Andinas para recibir un bono por desempeño que debía pagarle Bancard. En esa ocasión el ejecutivo de CHV dijo no recordar si Valdés o Nicolás Noguera (gerente general de Bancard) fue quien le pidió “facturar fraccionadamente a diversas empresas que me indicaron”.

Pero Noguera, al declarar el 4 de junio, desmintió “categóricamente” que él haya dado “cualquier instrucción a Jaime de Aguirre o a su asistente respecto de facturas a terceros, servicios prestados a Bancard” y aseguró que no conocía a de Aguirre en esa época. Agregó que antes de que él asumiera, el 20 de mayo de 2010, el vínculo lo ejercía Santiago Valdés, gerente de administración y finanzas de Bancard hasta esa fecha.

Por otra parte, Bancorp –controlada por Bancard– emitió 16 facturas a SQM, en particular al ex gerente general Patricio Contesse entre julio de 2009 y octubre de 2010, por $ 340 millones. En abril de este año, Noguera declaró en su calidad de gerente general de Bancard que Valdés era quien se encargaba “de estas asesorías prestadas a terceros” y que asesoraba personalmente a Contesse. El 22 de ese mes, Valdés declaró ante el SII que Contesse lo contactó para una asesoría global en términos económicos que costaría US$ 700 mil y duraría 18 meses.

Por todo lo anterior “se desarma el discurso oficial de Piñera” –señala una fuente–, que apunta a que el ex Mandatario no tenía relación con estas empresas. “Decían que Bancard era una empresa que operaba en forma autónoma, con un directorio profesional, un gerente general autónomo y que nada se lo preguntaban a Piñera. Había una estructura de formalidad respecto a la decisión de Piñera de haber dejado los negocios. Eso se desmoronó por una razón muy sencilla, porque ahora queda claro que el directorio es de puros amigos, compadres y familiares, es un núcleo duro”, dice esta fuente que conoció de cerca el funcionamiento de Bancard y Bancorp.

E incluso apunta a que “queda claro” que el gerente general, Nicolás Noguera, no ejercía su cargo “porque había gente por debajo que no le reportaba a él”. En esta misma línea agrega que “cuando un gerente general dice que el gerente de administración y finanzas no depende de él, revela que hay una estructura oculta en esa compañía y que es completamente anómala. Se pone en duda además cómo fue la administración del fideicomiso. Significa que Piñera sí estaba metido completamente en la empresa”.

Con Piñera siempre existió la sospecha, dice el decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Central, Marco Moreno, de que la frontera entre el dinero y el poder era delgada y porosa. “Antes de ser Presidente, durante su Gobierno y ahora –luego de conocidas las triangulaciones de Jaime de Aguirre y Santiago Valdés con SQM– las sospechas se tornan certeza. Se afirma entonces la convicción acerca del manejo oscuro de Piñera y su entorno en relación con el financiamiento irregular de las campañas políticas”, agrega.

“La posibilidad de que los acontecimientos que han ocurrido tengan un impacto en Piñera siempre ha estado presente. No debiera ser una sorpresa. Todavía es muy prematuro y estamos en la etapa, sobre todo Piñera, de visualizar qué va a pasar. Desde la estrategia creo que van a ver qué ocurre. El tema estuvo más bien calmo y ahora la Fiscalía aparece con mayor ímpetu pero sin nuevos antecedentes”, dice el analista de la Universidad del Desarrollo (UDD), Eugenio Guzmán.

Además, cree que a partir de ahora van a aparecer “toda suerte de empates”, ya que el cuestionamiento a Piñera es dentro de la campaña, “al igual que el que se le hace a Michelle Bachelet” en la arista SQM, donde aparece la sociedad Asesorías y Negocios del ex ministro del Interior, a la que boleteba Rodrigo Peñailillo. Una idea con la que coincide parcialmente Moreno, quien cree que la “buena noticia” para Piñera es que, al igual que en la campaña de Frei (2009) o Bachelet (2013), “los ilícitos son difíciles de probar y más difícil todavía será involucrar de manera directa a los entonces candidatos en la trama de responsabilidades por el financiamiento irregular de las campañas políticas”.

“Es un póquer largo”, agrega Guzmán, “que no se resuelve de una vez”.

Los tres amigos: Piñera, Valdés y el “Choclo”

La amistad entre el ex Presidente y el padre de Santiago Valdés, Fabio, se mantuvo una vez que ambos egresaron del Verbo Divino. Cuando el primero tuvo que dar la Prueba de Aptitud Académica, según publicó La Nación, Valdés le prestó su citroneta, ya que el ex Presidente solo tenía una bicicleta en ese tiempo.

Otro de los grandes amigos de Piñera, en las buenas y en las malas, es Carlos Alberto Délano, tal como publicó El Mostrador. A este lo conoció a través de su amigo Fabio Valdés, en 1968, cuando con 18 años Piñera ingresó al Campus Los Dominicos de la Universidad Católica a estudiar Ingeniería Comercial. Délano venía del Saint George y se ganó el apodo de “Choclo” porque tenía uno de sus dientes incisivos rotos.

“(Piñera) sabía explicar mejor que el profesor, pero su velocidad era tal que a veces a uno le daba vergüenza decirle que no le había entendido y llegaba a mi casa a mirar el cuaderno”, cuenta Délano en el libro Piñera, historia de un ascenso, de las periodistas Bernardita del Solar y Loreto Daza.

46 años después se mantiene la amistad. En la biografía no oficial de Daza y Del Solar se narra que cuando Délano y Piñera ya eran empresarios se comprometieron a que, si a alguno le iba mal en los negocios, el otro se haría cargo de ayudarlo a pagar las deudas y mantener a su familia.

Y tienen sentido del humor. En el único viaje que Piñera hizo a Santiago mientras estudiaba el doctorado en Economía en Harvard, Délano y Valdés lo llamaron haciéndose pasar por funcionarios del Gobierno para informarle que tenía una cita con el ministro de Hacienda, Sergio de Castro, quien reclutaba a jóvenes economistas. Al día siguiente, un nervioso Piñera fue a pedirle una corbata prestada al "Choclo" Délano –apunta el libro ya referido– y partió a la reunión... que nunca fue.

La trenza funciona hasta hoy. Fabio Valdés, quien integró el directorio de Canal 13 hasta marzo de este año, se molestó en agosto de 2013 con la conductora Constanza Santa María por haberle preguntado a Laurence Golborne si entre sus financistas de campaña estaban los dueños de Penta, Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín. Estos se quejaron con el canal de Luksic, molestia que se traspasó en una carta de Valdés, el 7 de agosto de 2013, a Nicolás Eyzaguirre y Pilar Bernstein, entonces director ejecutivo y jefa de Prensa, respectivamente. "Coincido con los reclamantes en que la mención de sus nombres por parte de la periodista Santa María es un acto voluntarioso, imprudente y fuera de lugar”, escribió entonces.

Fuentewww.elmostrador.cl