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Jueves 3 de Marzo de 2016

Respecto al ahorro del 1% del Gasto Público

Por: Patricio Valdés Fuentealba.
Abogado Universidad Central de Chile, Magister Derecho Privado Universidad del Desarrollo, Máster en Derecho Empresarial y Doctor © en Derecho Universidad Autónoma de Barcelona.
Ex Decano (I) Facultad de Derecho Universidad Uniac y Universidad Central de Chile.
Profesor Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales Universidad Central de Chile.


Como lo previéramos en anteriores columnas, la decaída economía chilena ha gatillado el importante anuncio de la cartera de Hacienda de un ahorro equivalente al 1% del presupuesto de 2016, frente a lo que la Oposición ha hecho un llamado al Gobierno a entregar seguridad y tranquilidad para los inversionistas, lo que a su juicio entregará el clima adecuado para retomar el rumbo del crecimiento y además solicitan apretar aún más el cinturón fiscal. Desde la vereda opuesta, los parlamentarios oficialistas, han solicitado no escatimar esfuerzos en el crecimiento.

La disminución del gasto público en principio puede ser entendida como una cortapisa al crecimiento, ya que la disminución de la inversión a su vez provoca disminución del futuro crecimiento y la posterior recaudación. Para entenderlo más fácilmente, si usted siembra mil semillas de choclo, espera una producción de dos mil unidades de choclo, pero si disminuye la inversión, ya sea con menos semillas o menos abono, o regando con menos agua, difícilmente llegará a cosechar las dos mil unidades de choclo que esperaba para la temporada. Por ello el recorte presupuestario debe ser cuidadosamente ejecutado, para que el dinero ahorrado no hipoteque las futuras cosechas (no se ahorre en semillas, abono ni agua), de manera tal que el ahorro no debe concentrarse en el capital o la inversión, sino en aquellas partidas dispensables.

El gasto público bien ejecutado provoca inversión, y consecuentemente crecimiento, el crecimiento económico es la fórmula primaria para el desarrollo del país, pero ante la actual situación económica, y considerando las preocupantes señales que nos llegan desde diversas economías, parece utópico pensar en crecer.

El ahorro anunciado por el Gobierno no es más que una medida honesta y necesaria para evitar un aumento desmesurado de déficit fiscal, y viene a corregir la mala proyección del presupuesto del año 2016, que originariamente estimaba cifras de crecimiento que no alcanzaremos, sumado a ello la improbable recuperación del precio del cobre.

La medida de ahorrar el 1% del gasto público puede resultar insuficiente ante las malas perspectivas económicas globales (la industria de China suma siete meses de contracción y anuncia extraoficialmente el despido de seis millones de trabajadores; en América Latina la inflación amenaza la estabilidad, entre otras señales), por lo que en lo sucesivo no debemos extrañarnos de ver nuevos anuncios de recortes presupuestarios y/o redestinación de recursos para evitar pérdidas de puestos laborales y evitar daños mayores a la economía. De todas formas, no hay que desesperarse, porque se observan posibilidades de un repunte... para mediados del año 2018.