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Lunes 11 de Abril de 2016

¿Qué podemos esperar del cobre a largo plazo?


Por: Patricio Valdés Fuentealba.
Abogado Universidad Central de Chile, Magister Derecho Privado Universidad del Desarrollo, Máster en Derecho Empresarial y Doctor © en Derecho Universidad Autónoma de Barcelona.
Ex Decano (I) Facultad de Derecho Universidad Uniac y Universidad Central de Chile.
Profesor Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales Universidad Central de Chile.

Tal como lo he señalado en columnas anteriores, es clara la tendencia a la baja en lo que respecta al crecimiento de la región, principalmente producto de los bajos precios en que se transan las materias primas, pero debemos estar atentos a las señales que la economía nos entrega.

Lo anterior ha sido ratificado por Moody's, en su informe relativo a las perspectivas anuales para la región, quienes además estiman que la tasa de crecimiento del 2016 disminuirá en torno a un punto porcentual respecto al período anterior, lo que se encuentra en línea con nuestras observaciones en orden a que el crecimiento de Chile se ubicará entre 1,3 y 2,0.

De continuar esta tendencia bajista, que de seguro se mantendrá a lo menos durante el 2017, seguiremos soportando los efectos económicos que ello conlleva, con un sector público debilitado, no sólo por la caída de los precios de nuestras exportaciones, sino también por la menor recaudación fiscal que ello conlleva y la menor inversión extranjera.

Continuaremos observando un sector privado estático, caracterizado por baja o nula inversión, a la espera de oportunidades, lo que repercutirá en un aumento progresivo del desempleo (sostenido hasta ahora por el sector construcción). Esta situación se mantendrá hasta que se avizoren positivas señales en la economía global.

Estas señales o mensajes que entrega el mercado suelen ser sutiles, pero suficientes para comprender lo que se espera del comportamiento de los agentes. Esto lo señalamos en razón de relacionar los difíciles momentos que se viven por los bajos precios de los commodities y las operaciones efectuadas por las grandes corporaciones mineras, lo que nos lleva a concluir que en el largo plazo podemos respirar tranquilos.

Tanto Anglo Américan como Glecore, con la finalidad de solventar sus deudas, hacer caja y recuperar los balances, han dispuesto la enajenación de diversas empresas pertenecientes a sus carteras, empresas ligadas principalmente a la agricultura y minerales no cobre. Estas grandes corporaciones se niegan a vender sus yacimientos de metal rojo, ya que en ellos cifran sus esperanzas de ganancia futura.
¿Cómo podemos entender lo anterior?

Tal como lo señalamos, existe una clara disminución en la inversión, y específicamente en lo relativo al cobre, situación que en Chile se arrastra desde mediados del 2014. Esta disminución provocará necesariamente la disminución de stock del producto, así como la disminución en la producción, de manera que la oferta no podrá satisfacer la demanda que existirá una vez pasado el período contractivo.

Esta disminución de la oferta provocará que el cobre sea el commodity de mejor recuperación en el largo plazo, por lo que no debemos perder la calma, confiar en el buen funcionamiento de nuestras instituciones, y en la correcta lectura que tradicionalmente nuestras autoridades hacen del escenario económico.