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Miércoles 25 de Noviembre de 2015

Gerente de ‘Farmacia Popular’ de Recoleta compartió la historia de su proyecto con estudiantes de Administración Pública

Marco Fernández Neira, creador de este ícono de gestión municipal, es administrador público de la Universidad Central y contó su revolucionaria idea en la Facipol

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Los administradores públicos centralinos Carolina Villarroel y Marco Fernández, quienes diseñaron la 'Farmacia Popular' de Recoleta

Un titulado de la Escuela de Administración Pública de la Universidad Central de Chile ha hecho noticia en todo el país durante los últimos meses al concretar la puesta en marcha de la primera ‘Farmacia Popular’ de Recoleta. Marco Fernández Neira, gerente del establecimiento municipal, egresó de la UCEN en 2004 y ya entonces tenía en mente la creación de algún proyecto innovador que tuviera impacto social.

Invitado por su alma mater a compartir su experiencia con los estudiantes de las cátedras de Modernización de la Gestión Pública y Macroeconomía, el administrador público realizó el martes 24 de noviembre una charla motivacional titulada “Innovación y liderazgo público”. En esta instancia, y junto a la encargada del Departamento Desarrollo Social y Económico Local de la Municipalidad de Recoleta y también titulada de esta escuela Carolina Villarroel, contó la historia que permitió el desarrollo de la iniciativa, así como las implicancias e ideas fuerza que están de tras de la misma.

Marco Fernández explicó que el proyecto comenzó a tomar forma después que, como encargado de la Oficina de Desarrollo Productivo y Economía Social de la Dideco de Recoleta, descubrió que los medicamentos para enfermedades graves, como el cáncer o epilepsia, podían ser adquiridos en Mendoza (Argentina) a un valor considerablemente menor que el existente en las cadena de farmacias nacionales.

Con esa base, intentó encontrar una fórmula que le permitiera importar legal y masivamente este tipo de medicamentos para los usuarios de la comuna, ya que hasta ese entonces, las personas de escasos recursos que se atendían en consultorios (y que debían comprar remedios que no les suministraba el sistema público) acudían a las asistentes sociales del municipio para conseguir ayuda económica para adquirirlos en las farmacias tradicionales.

Así, se encontró en su trabajo diario con cooperativas y personas que compraban medicamentos en algunas fundaciones –como la Corporación Nacional del Cáncer o la Liga Chilena contra la Epilepsia– en las que podían tener acceso a las recetas médicas a menores costos. Fue entonces que descubrió en el Instituto de Salud Pública la primera luz que luego encendería muchas más: era posible para cualquier persona natural o jurídica tener acceso a medicamentos para enfermedades específicas a través de la Central Nacional de Abastecimiento (Cenabast) del Ministerio de Salud.

El proyecto comenzó a cobrar vida: la municipalidad haría un catastro de los medicamentos de alto costo que a sus vecinos no les suministraran en los consultorios y hospitales, para luego adquirirlos de manera programada a través de Cenabast y entregarlos a los pacientes, cobrando el valor bruto del producto y asumiendo algunos gastos logísticos. De esta manera, al no tener intermediarios en el proceso, los costos finales se reducen, llegando a disminuciones promedio del 70% dependiendo del caso. Así creó el siguiente modelo:

  1. INSCRIPCIÓN. El vecino llega a la municipalidad manifestando su necesidad de adquirir medicamentos con la intermediación de la Farmacia Popular. Para ello, los requisitos actuales son: 1) Ficha de protección social vigente o en tramitación, 2) receta médica extendida como máximo dentro de los últimos seis meses, 3) fotocopia de documento de identificación vigente: carnet de identidad, pasaporte o DNI del país de origen, y 4) declaración jurada simple e ingreso mensual.

  2. PROCESAMIENTO INTERNO. Con los antecedentes del vecino, se realiza una ‘Evaluación Social’ por parte de un asistente social del programa. Asimismo, un médico farmacéutico analiza las recetas para catastrar los medicamentos que se deberán adquirir.

  3. CO-APORTE. De acuerdo al resultado del informe del asistente social, se establece la asignación del subsidio municipal de acuerdo al criterio establecido en un decreto, en el cual el municipio aporta entre un 5 a un 15% del valor total de los medicamentos.

  4. COMPRA Y ENTREGA PROGRAMADA. A través de la intermediación municipal, se adquieren los medicamentos catastrados en Cenabast o en laboratorios, tras lo cual se le avisa telefónicamente al vecino para el retiro, quien previamente deberá cancelar su copago en la Tesorería Municipal, lo que implica que la Farmacia Popular no vende medicamentos, solo compra y distribuye.

 

Tras esta presentación, en la que los estudiantes pudieron comprender la relevancia de su formación universitaria para el desarrollo de la innovación en la Administración Pública, así como del rol de los administradores públicos en el mundo local, Marco Fernández y Carolina Villarroel explicaron que el modelo de la Farmacia Popular también es fruto de una adaptación de proyectos similares realizados en Brasil y Venezuela. Además, los exponentes comentaron que tras su exitosa puesta en marcha, han sostenido reuniones con más de 200 municipios de todo el país, interesados en replicar esta iniciativa que ha impactado significativamente en la calidad de vida de los vecinos de Recoleta y la cual se está convirtiendo en un modelo de innovación y liderazgo público que impactará las políticas públicas económicas y sociales.

Finalmente, y tras responder muchas preguntas de los estudiantes, que repletaron la sala 52 del edificio Vicente Kovacevic II, relataron su experiencia como estudiantes de esta universidad y cómo ello ha incidido en lo que desarrollan hoy en Recoleta.