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Jueves 14 de Enero de 2016

Expertos analizan discurso de Sampaoli después de la errática defensa del entrenador

La Segunda

Imagen foto_00000001Tras la errática estrategia comunicativa que tuvo el entrenador argentino Jorge Sampaoli este miércoles, cuando leyó un comunicado en que desmintió anteriores declaraciones suyas y afirmó que seguiría viviendo en Santiago, pero minutos después –en entrevistas separadas a cuatro medios de prensa– afirmó que quería irse, que no seguiría dirigiendo a la “Roja” y que no podía pagar la cláusula de rescisión, no solo la hinchada de la Roja busca una explicación.

Expertos de diferentes disciplinas dan luces de lo que podría leerse entre toda la polémica:

Rodrigo Cauas, sicólogo deportivo y experto en coaching, expresó que podría tratarse de una personalidad adicta al éxito.

Explicó que, en sicología existe el "Winner Effect" (Efecto Ganador) que también es aplicable al deporte. El éxito llama al éxito: el ganar una vez hace que nos preparemos para volver a ganar, producto de los efectos bioquímicos que se producen en el cerebro.

Pero tiene su versión negativa. Mucho efecto ganador hace que tu cerebro se llene de dopamina hasta inundarlo. Entonces, como la sensación es positiva, después sólo quieres seguir ganando para sentirla y tenerla. Es como una droga.

Hoy se ve alguien que siente que sus días de exitismo ya concluyeron, que la sensación de placer por ser ídolo ya no estará.

Las contradicciones en las que cae son un síntoma de lo mismo. Quiere mantener esta sensación de placer a toda costa, haciendo lo que esté a su alcance para zafar, y eso le hace tomar malas decisiones. Es como un deportista que hace trampa para seguir ganando.

Desde otra perspectiva, el decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Central, Marco Moreno, mencionó que podría tratarse de un chantaje emocional, y lo que Sampaoli intenta en el discurso es victimizarse, al señalar que es una persona exitosa y que le ha dado triunfos al país, apelando a que Chile no tiene mayores éxitos deportivos. Hay una especie de chantaje emocional en este discurso. La figura del rehén también es una suerte de chantaje, el decir: "Déjenme ir porque yo los hice felices".

Afirmó el decano que el texto estaba claramente pauteado por sus asesores en el marco de un discurso elaborado y estructurado. El verdadero Sampaoli es el que quedó sólo frente a las entrevistas posteriores. Al ser apurado por las preguntas periodísticas, vimos lo que realmente siente y cómo ve las cosas. Tiene ambición. Lo deslumbra irse a Europa y por eso pide que lo dejen ir, si no va a tener que robar un banco para pagar la indemnización. La gente desconfía de muchas cosas hoy en día y los actores del deporte y sus instituciones también están bajo el escrutinio público.

En tanto Maricarmen Estévez, publicista y académica Universidad Mayor, manifestó que, analizando los elementos visuales —porque a su juicio el discurso no lo escribió él—, se puede inferir que el hecho de que haya ido con el buzo de la Selección dice que busca nuevamente el respeto de la opinión pública. En publicidad, la imagen dice más que las palabras, por eso Sampaoli usó el atuendo que lo identifica con su etapa de éxito.

Con su vestimenta también quiso decir que él no había traicionado a los chilenos. "Yo estoy con ustedes y los malos son otros”, fue el mensaje.

Comunicacionalmente, la estrategia visual tuvo la intención de generar un quiebre, de sembrar la duda, la incertidumbre, de abrir una puerta, una luz de esperanza para el perdón, que es lo que Sampaoli busca.