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El revés del Sernac y la derrota del diseño Longueira

Columna de opinión de Marco Moreno, decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública, sobre el giro populista que parecen estar dando ciertas autoridades de gobierno.

No cabe duda que la defensa de los intereses de la Cámara Chilena de Centros Comerciales que finalmente se impuso en la llamada mesa técnica con el gobierno en relación con la legalidad del cobro en los estacionamientos de los centros comerciales, significó un duro revés para el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac). Esta incursión fallida fue un verdadero "guatapique" del organismo encargado de proteger los derechos de los consumidores. Pero también, y desde una perspectiva ahora política, parece haber puesto en riesgo el diseño del ministro de Economía, Pablo Longueira, que desde su cartera —de la cual depende el Sernac— ha buscado darle una dimensión política a la gestión económica del gobierno.

El pasado 16 de mayo el Sernac, en sintonía con el sello que ha querido imponer el propio Presidente Piñera y su ministro de Economía, de protección de los derechos de los consumidores, luego del estudio y análisis de diversos antecedentes, concluyó que los centros comerciales no deberían cobrar por los baños, ni por los estacionamientos. En varias entrevistas el director del Sernac, Juan Antonio Peribonio, señaló que dichos cobros eran ilegales. En virtud de tales antecedentes y de la doctrina Longueira el Sernac decidió interceder por los usuarios para conseguir la gratuidad de los estacionamientos.

Esta no es una decisión unilateral o aislada del director Peribonio, sino que responde a una apuesta estratégica de la cartera de Economía. Desde su llegada al gabinete la agenda de Longueira se ha articulado sobre dos ejes: la defensa de los consumidores frente a las malas prácticas empresariales —especialmente del retail— y, la necesidad de avanzar en regulaciones en ámbitos donde hay mucha concentración y asimetrías. De este modo el autoempoderamiento y puesta en escena del ministro se ha sustentado en una misión a la que Longueira se siente llamado. El país ha crecido pero ahora hay que compatibilizar esas cifras con el desarrollo social. Longueira apuesta a que este discurso le podría permitir a la UDI proyectarse en el poder, instalando a un hombre de sus filas en La Moneda el 2014.

Sin embargo, el diseño, audacia y muestras de autonomía del Ministro Longuiera —en el sentido que no sería controlable por los llamados poderes fácticos— parece estar erosionándose. A los errores gatillados por la ansiedad de viabilizar su opción como candidato presidencial de la UDI se suma esta cara derrota política y doctrinaria de su sello en la cartera de Economía.

Como se sabe, los empresarios de un tiempo a esta parte están mostrando su inquietud por un cierto giro populista por parte de las autoridades del gobierno y sotto voce del propio Longueira en la relación con el sector. Las recientes críticas de Horst Paulmann, Gonzalo Vial, Rafael Guilisasti y del Director del Instituto Libertad y Desarrollo, Luis Larraín entre otros, dan cuenta de la compleja y tensa relación entre gobierno y empresarios.
Así, ante la duda sobre por qué el Sernac no llevó la disputa hasta los tribunales surge la sospecha de la arremetida de los poderes fácticos que han decidido volver por sus fueros. Esta idea parece instalarse con fuerza al tiempo que se diluye el discurso de que este no sería el gobierno de los empresarios.

En el balance final la quitada de piso político al Sernac por parte de los ministerios de Vivienda y Transporte y del silencio de los parlamentarios de la Alianza significa en los hechos un retroceso en la implementación del enfoque de derechos en las políticas públicas.

La solución alcanzada en la mesa técnica evidencia la falta de voluntad para instalar mecanismos efectivos de enforcement que permitan la exigibilidad de los derechos en relación con las políticas que se deciden e implementan. Esta decisión coloca en entredicho el diseño de un discurso público de defensa de los derechos de consumidores —en tanto ciudadanos— que el gobierno del Presidente Piñera y el ministro Longueira se han esforzado en instalar comunicacionalmente como un sello de su administración. Esto sin duda afecta el enfoque de derechos pero también mina una vez más la confianza y credibilidad el Presidente y su gobierno.

Esta columna de opinión fue publicada originalmente en el diario electrónico El Mostrador en el enlace http://www.elmostrador.cl/opinion/2012/06/19/el-reves-del-sernac-y-la-derrota-del-diseno-longueira/