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Viernes 13 de Junio de 2014

El Mundial de Futbol será una "fiesta" albergada por la cultura del pueblo brasileño

Por Felipe Rivera Sánchez, Director Escuela Sociología, Universidad Central.Magíster en Innovación, Pontificia Universidad Católica de Chile. Magíster en Antropología Social y Desarrollo, Universidad de Chile. Sociólogo, Universidad Alberto Hurtado.

Por estos días cuando se inaugura la principal competencia del fútbol mundial, en uno de los países más exitosos en materia de victorias dentro de la disciplina, resulta relevante preguntarse por aquello que representa, en lo particular, este evento.

Se ha dicho mucho respecto que Brasil no está en condiciones de alojar un evento de categoría mundial; que la infraestructura, componente fundamental para este encuentro, no está lista. Algunos medios de comunicación se han encargado de mostrarnos como la población brasileña ha aprovechado esta vitrina global que da el mundial para manifestar su descontento por la desigualdad social, expresado en protestas callejeras en las ciudades más importantes. Hecho que es eclipsado por la relevancia del gran evento deportivo.

Los Mundiales de Fútbol se realizan, cada 4 años, desde 1930. Rito que se ha interrumpido sólo en 2 ocasiones hasta la fecha, ambas producto de la 2ª Guerra Mundial. Hecho que permite constatar la importancia de este evento, en torno al cual se generan un importante número de acciones, particularmente comunicacionales que afectan y modifican gran parte de las rutinas cotidianas en una parte significativa del mundo. Lo cual está fuertemente vinculado a la fiesta, y en particular en el territorio brasileño a una forma que podemos denominar festividad intercultural. El encuentro de culturas que se está desarrollando en Brasil es único, tanto en magnitud como celebración.. El encuentro entre personas de diferentes lugares del orbe, resalta el significado del Mundial de Futbol como fenómeno social, económico, cultural, y humano en el más extenso sentido de la palabra.

Independiente de si están o no adecuadas las instalaciones en Brasil para albergar el evento deportivo más importante del planeta, o si se han invisibilizado problemas sociales innegables para el pueblo brasileño, el pueblo brasileño tiene una capacidad festiva que da cabida y potencia a la fiesta del deporte popular .

Quienes tenemos la suerte de conocer al país y a su gente de más cerca, no deberíamos dudar que este pueblo, su alegría, se encargarán de hacer de esta una fiesta. Pondrán la sabiduría de las cosas sencillas por sobre la precariedad material. En este sentido es que sus autoridades deben tomar distancia y considerar con precisión que la fiesta no puede eclipsar las demandas urgentes de la sociedad brasileña.

El Mundial de Futbol 2014, por ser en Brasil, es una fiesta, ya que su pueblo se encargará de instalar aquello que los caracteriza y diferencia culturalmente al poner la reciprocidad al centro de sus relaciones sociales. De este modo, el Mundial de Futbol se acopla a una cultura que sabe establecer relaciones sociales de confianza, reciprocidad, que por lo tanto potenciará los intercambios para generar nuevas iniciativas y emprendimientos de largo plazo. Serán las autoridades, una vez más, quienes deben promover las condiciones de justicia necesarias para el despliegue de la fiesta intercultural.