Viernes 6 de Diciembre de 2013
En el encuentro, Larraín sentó la premisa de que, actualmente, el país tiene un sistema político desbordado que, a su juicio, “no da el ancho” para responder a las demandas ciudadanas. Haciendo una comparación histórica, fundamentó su argumento recordando que “en los años 90 las aspiraciones de ingreso per cápita en Chile eran de 2 mil 300 dólares, en cambio, hoy ya estamos sobre los 15 mil”.
“No es estrictamente neoliberal el modelo chileno”, dijo el economista quien definió el neoliberalismo como la fe en la lógica del mercado para resolver todos los problemas. “No obstante-dijo-las dificultades surgen cuando se tocan los derechos sociales, originando una tensión entre la provisión de servicios y que esa acción se haga bien por parte del Estado”.
Recordando que cualquier mercado dejado a su arbitrio genera nichos o segmentos, Larraín sostuvo que “el problema ocurre cuando hay una pretensión de que el servicio tenga características de igualdad, por ejemplo, en materias públicas como educación, salud, vivienda o previsión”.
El régimen de lo público
El economista propuso un modelo con un ordenamiento distinto, que necesita reformas políticas, sociales y económicas, entre ellas, una nueva Constitución y un enfoque renovado para la provisión de derechos sociales.
“Ante el Estado-puntualizó-el ciudadano tiene derechos, pero ante las empresas, los derechos existen mientras pague, es decir, sólo hay una relación comercial, por lo tanto se requiere un tránsito, desde el orden neoliberal en el que la figura del ciudadano se minimiza, hacia el régimen de lo publico en el cual éste es puesto al centro de la democracia”.
Finalmente, los profesores asistentes intercambiaron sus ideas y visiones con Larraín respecto de la marcha de la economía y factores críticos que apuntan hacia la corrección del modelo de desarrollo en Chile.