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Jueves 12 de Noviembre de 2015

Crecen las dudas sobre el futuro de Chile Vamos

Diario electrónico El Muro

Imagen foto_00000001"Hay que decirlo con todas sus letras: no hay convencimiento de los dirigentes de los actuales partidos y movimientos que deben confluir hacia una plataforma nueva". Con esas palabras difundidas a través de un video publicado el 4 de noviembre pasado, el senador de Renovación Nacional, Andrés Allamand, daba a conocer su postura crítica del nuevo conglomerado que la oposición lanzó con bombos y platillos justo un mes antes de este lapidario juicio del parlamentario por Santiago Poniente.

En la misma secuencia agregó que "tampoco se entiende que la nueva coalición que está naciendo, se encuentre, a propósito del aborto, más preocupada de restar que de sumar voluntades. La señal que se emite es que la centroderecha no es capaz de convivir con la diversidad". Esto, a partir de las diversas posturas que han surgido al interior del pacto y que tienen a un sector de la centroderecha negándose siquiera a debatir el asunto.

Las expresiones de Allamand no son una travesía del desierto dentro del bloque, ya que otros parlamentarios se han sumado al coro de juicios negativos respecto a la naciente coalición. Uno de ellos es el diputado y correligionario del senador, Nicolás Monckeberg, quien con un discurso muy similar al del ex ministro de Defensa del gobierno de Sebastián Piñera, acusa que no existe la voluntad -entre aquellos que están conduciendo este nuevo proceso- de querer ampliar los límites del pacto hacia otros sectores.

Y Monckeberg es claro en responsabilizar de esta actitud a las directivas de los partidos, especialmente a las de RN y la UDI. Para el legislador de la Cámara Baja las mesas de ambas colectividades no tienen interés alguno en que el bloque amplíe su horizonte electoral, y explica esa actitud en el interés de algunos por mantener sus “cuotas de poder” al interior del conglomerado, denunciando lo que a su parecer es una actitud mezquina que le hace mucho daño a la oposición.

En una posición intermedia se encuentra el senador de la UDI, Juan Antonio Coloma. Este señaló a El Muro que si bien está optimista de la nueva plataforma que lanzó la centroderecha, coincide con su compañero de hemiciclo en la necesidad de construir un relato a partir de los contenidos que se vayan trabajando y que a su vez permitan ir consolidando la institucionalidad de Chile Vamos.

El dirigente gremialista piensa que es muy prematuro hacer juicios respecto al futuro del conglomerado, ya que se instaló sólo hace un mes, pero considera necesario avanzar con cierta rapidez y fluidez en la definición de un programa que le vaya dando forma al nuevo pacto electoral. A su juicio, esos contenidos deben basarse en ideas fuerza como la defensa de libertad de las personas, que a su vez permitan tener un relato que enfrente el intento ideológico y hegemónico del gobierno de Michelle Bachelet por restringir esas libertades a través de un creciente estatismo.

Coloma dice estar en un punto intermedio entre la confianza y el escepticismo, y agrega que el éxito de este proyecto político va a depender de la capacidad de sus dirigentes de superar diferencias y actitudes históricas que han sido perjudiciales para el sector. El senador asegura que hoy es momento de trabajar más que de criticar, y afirma que su disposición es plena para lograr que esta iniciativa prospere.

Otra figura importante de la oposición que ha mostrado su descontento con la nueva coalición es el alcalde de Las CondesFrancisco De la Maza, edil que a los pocos días de que se hiciera público el nuevo nombre y logo de la coalición indicó en un programa radial, “cuando tú te pones Chile Vamos, ¿Vamos para dónde?, en una clara alusión a la falta de definiciones sobre cuáles son las propuestas que este pacto le ofrece al país para constituirse como alternativa a la Nueva Mayoría.

Otro dirigente del sector que prefiere no identificarse, estima que es muy difícil aparecer como una plataforma nueva y distinta en un escenario de escepticismo generalizado de la población hacia la política, y cuando lo único novedoso que tiene es el nombre y el logo, ya que se trata de la misma coalición que se conformó el 2009, con la salvedad que ahora está Evópoli en reemplazo del desaparecido Chile Primero, ya que la UDI, RN y el PRI se unieron en esos comicios anteriores.

Garantizar la convivencia

Una de las principales falencias que advierten varios dirigentes del sector es la incapacidad histórica que han tenido de convivir en la diversidad y resolver las diferencias sin que ello provoque un cisma al interior de la centroderecha. Para el decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad CentralMarco Moreno, parte de ese problema se explica porque en la actual oposición nunca se ha institucionalizado una instancia que permita dirimir de forma pacífica las diferencias naturales que surgen dentro de cualquier pacto político. El analista coloca en contraste lo que ha ocurrido con la ex Concertación (hoy Nueva Mayoría), donde a pesar de confluir visiones de sociedad muy distintas en algunos aspectos, han podido mantenerse juntos por casi tres décadas, sin que aquello suponga quiebres profundos.

Este diagnóstico es avalado por el senador Coloma, quien hace una autocrítica al respecto, dado que es un importante dirigente del sector, que durante varios períodos ha estado en la mesa directiva de la UDI, incluso presidiendo la colectividad. El personero asume que no se han hecho los esfuerzos suficientes para avanzar en una estructura permanente que contribuya a dirimir tensiones.

Esta falta de institucionalidad es lo que atribuye Moreno a lo que pasa con muchos dirigentes de centroderecha, que como no tienen canales formales para manifestar sus diferencias o inquietudes, lo terminan haciendo en otras instancias que en vez de resolver las diferencias, las amplía.

En este sentido, el diputado Nicolás Monckeberg advierte que mientras no exista la voluntad real de querer construir una plataforma inclusiva, cualquier intento comunicacional va a fracasar, ya que a su juicio un conglomerado duradero es aquel que tiene un relato que ofrecerle al país, pero que en las actuales condiciones Chile Vamos no tiene la capacidad de crear ese relato.

Sin un piso mínimo no hay coalición

Al interior del conglomerado tienen conciencia que no será fácil colocarse de acuerdo en materias como el aborto y el matrimonio homosexual, y asumen las dificultades que existen para mostrar al país una postura uniforme en esta materia sin que vuelen plumas. Y es en este punto donde el senador Allamand hace su principal crítica, ya que asume que no hay voluntad dentro de Chile Vamos para avanzar en estos temas.

Para el director de la Escuela de Ciencia Política de la U. Diego Portales, Claudio Fuentes, es precisamente aquí donde radica el principal desafío para esta coalición si quiere sobrevivir en el tiempo: disponer de pisos mínimos en las materias más fundamentales que le permitan ofrecer al país una propuesta programática creíble. “Sin la existencia de esos pisos mínimos el futuro de la coalición se ve muy complejo”, asegura el académico.

Otro problema que advierten tanto analistas políticos como algunos dirigentes, es la falta de liderazgos que encaucen con determinación las diferentes posturas que se observan y administrar esas sensibilidades hacia un proyecto común que sea convocante. Fuentes estima que la única tabla de salvación que le va quedando a Chile Vamos en este momento es la figura del ex Presidente Piñera, ya que no ve a otras alternativas con el respaldo suficiente ni las espaldas financieras para enfrentar un proceso tan largo, como se requiere para postular al sillón de O´Higgins.

Al senador Coloma este punto no le inquieta mucho, ya que considera que esos liderazgos se irán imponiendo a medida que se acerquen las elecciones, siendo más prioritario para el legislador abocar los esfuerzos a dotar de contenidos a esos eventuales liderazgos. Ello contrasta con la visión de Marco Moreno, en cuanto a que este último sostiene que si no hay liderazgos suficientes, puede existir un cierto relato, pero no habrá quién lo transmita a la ciudadanía de manera adecuada.

Para Monckeberg, el ejemplo más concreto de que esta nueva alianza nació desinflada es que pese a los innumerables errores que ha venido cometiendo el gobierno, la oposición no ha sido capaz de capitalizar esas equivocaciones. Y las encuestas parecen darle la razón al legislador, ya que si bien Piñera aparece como una de las figuras más valoradas en los distintos sondeos que se publican con regularidad, como conglomerado el rechazo ciudadano es altísimo.

En la antesala de dos procesos electorales que serán clave, estas críticas reafirman que el camino de consolidación de Chile Vamos será pedregoso y requerirá de un esfuerzo doble de las mesas directivas de los partidos para lograr encantar a la ciudadanía. Tiempo no hay mucho, y como señalan los más críticos, parece que tampoco voluntad.

Fuente: www.elmuro.cl