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Lunes 6 de Enero de 2014

Ciencia, innovación y la sociedad que queremos construir

Por Felipe Rivera Sánchez (*)

Se acabó el 2013, y con esto damos fin al "año de la innovación". Para quienes estamos convencidos que éste es un factor fundamental de competitividad, cambio y desarrollo social, nos resulta evidente que no es suficiente un solo año de la innovación y que se requiere continuidad más allá de la administración o sector que esté a cargo.

Es posible observar en el cambio de administración -el 2010- un quiebre entre la visión de una política de "clusters", que busca la generación de concentraciones geográficas de empresas e instituciones interconectadas que favorecen el entorno y la constitución de ventajas competitivas de un sector, y una visión que promovió el emprendimiento como aspecto central de la promoción de la innovación.

Ambas visiones no me parecen excluyentes. Lo importante es resolver donde ponemos los acentos, y buscar promover una visión de sociedad común. Cuando nos planteamos frente a temas de innovación, emprendimiento, estamos haciendo una referencia a la sociedad que estamos construyendo. El último documento del Consejo Nacional de Innovación "Surfeando hacia el futuro. Chile en el horizonte 2025", hace alusión a la construcción de confianzas para el despliegue innovador de Chile.

Ahora bien, los que estamos comprometidos con la innovación, y convencidos que este es un tema central para el desarrollo país, quedamos a la espera de los primeros 100 días del próximo gobierno. La propuesta tiene elementos alentadores: incremento en la promoción de ciencia, tecnología e innovación; incentivos para que los actores aumenten sus esfuerzos en materia de innovación orientados en objetivos relevantes a nivel nacional; y una institucionalidad pertinente a los desafíos país. Lo anterior se traduce en la creación de una Subsecretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación; impulso de programas que promuevan alto impacto; medición y seguimiento de indicadores; promoción de una cultura de la innovación; focos en la formación de capital humano avanzado; e iniciativas para promover alianzas estratégicas que incluya el desarrollo de las PYMES, y la consecuente reactivación de la política de clusters.

Lo anterior permite visualizar que seguimos por la senda adecuada. Es de esperar que la incorporación de PYMES y del desarrollo de esta política considere iniciativas de mayor equidad. Una sociedad que innova está dispuesta a colaborar y competir. Es, por lo tanto, una sociedad que se ve a si misma como comunidad, donde la confianza es un factor preponderante.

(*) Felipe Rivera Sánchez es Director Escuela Sociología, Universidad Central. Magister en Innovación, Pontificia Universidad Católica de Chile. Magister en Antropología Social y Desarrollo, Universidad de Chile. Sociólogo, Universidad Alberto Hurtado.