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Lunes 27 de Marzo de 2017

A cuatro años de su regreso a Chile, cómo cambió el núcleo de confianza de Bachelet

Análisis del decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública, Marco Moreno

Imagen foto_00000001Con pancartas y altas expectativas, un tumulto de personas comenzaba a armarse en el aeropuerto Arturo Merino Benítez a eso de las siete de la mañana del día 27 de marzo.

Prontamente arribaría, desde Nueva York, quien en ese entonces -en 2013- acababa de renunciar a la dirección de ONU Mujeres y que esa misma tarde oficializaría su intención de volver a ser Presidenta de Chile en un acto en El Bosque.

Tras su llegada, cerca de las 8:20 am, los vítores y las felicitaciones eran múltiples.

"Estoy muy feliz de estar de vuelta en mi país (...) gracias por esta cariñosa bienvenida, gracias por este apoyo", fueron parte de las escuetas palabras con las que Michelle Bachelet se dirigió a los asistentes y los medios de comunicación.

Desde el mundo político, sólo la recibieron los entonces alcaldes Carolina Tohá y Johnny Carrasco.

El acto de El Bosque se realizó sin la presencia de los presidentes de los partidos de la coalición. Esto fue una señal, quizás, de la forma en que Bachelet conformaría su círculo político más cercano: no a través de una negociación partidaria, sino poniendo especial énfasis a la confianza y lealtad de quienes ocuparían cargos clave.

"Ella es más proclive a nominar 'amigas' en los cargos de confianza con las que mantiene relaciones históricas, cuestión que no pasó por ejemplo con Frei y con Lagos", explica Mauricio Morales, cientista político y docente de la Universidad de Talca.

"Por eso los partidos se quejan de la Presidenta, porque en vez de gobernar con ellos, ella gobierna a pesar de estos", agrega.

Así, en principio, entre sus más cercanos se encontraron Paula Walker, quien se convertiría en jefa de SECOM; Paula Narváez, que sería su jefa de gabinete; y Rodrigo Peñailillo, quien sería designado como Ministro del Interior.

De estos tres, hoy sólo Narváez se mantiene dentro del círculo íntimo de la mandataria.

Walker había congelado su nivel de influencia, tras conflictos, en su momento con Peñailillo, pero hoy día de a poco -y gracias además a su cercanía con Narváez- vuelve a cumplir un rol más relevante.

"Bachelet construyó su equipo en torno a Rodrigo Peñailillo. Varios de los asesores que él tenía, mantenían cercanía con la Presidenta. Ella escuchaba harto, por ejemplo, a Robinson Pérez (...) con su salida del círculo, éste se va haciendo más pequeño y también más femenino", indica Morales.

A la salida de Peñailillo, se sumó que Narváez debió dejar el cargo para ejercer su pre y post natal, volvería al círculo en 2016, como ministra de Segegob.

En su lugar entró Ana Lya Uriarte, quien había sido ministra de CONAMA en el primer mandato de Bachelet. La socialista es otra mujer clave de la Presidenta y hasta hoy mantiene el cargo.

"Ella es influyente en las decisiones políticas contingentes, como en la nominación de cargos", explica el analista Germán Silva.

Otros de los nombres que acompañaron en principio a Bachelet fueron los ex ministros Javiera Blanco y Alberto Arenas.

Blanco ha sostenido siempre una fuerte lealtad hacia la Presidenta, y eso se puede evidenciar en como Bachelet, a pesar de las múltiples críticas, se las ha arreglado para mantenerla en cargos públicos; aunque ahora se encuentra fuera del núcleo de la jefa de Estado.

"Ella sale del círculo decisorio, probablemente, en parte por la decisión de las 'amigas' más cercanas. Y la mandan al CDE con el fin de que no siga incidiendo en las políticas internas del Gobierno", reflexiona Morales.

Respecto de Arenas, el analista político de la UNAB, Felipe Vergara, cree que en su nombramiento "primaron mas bien intereses personales que netamente de nivel de competencias".

Con la salida de Arenas ocurre algo interesante. Y es que Nicolás Eyzaguirre, otro de los hombres de la Presidenta, habría tenido influencia importante en la designación de Valdés en Hacienda.

"Por eso Valdés se siente tan seguro hoy día de salir a restar piso a la ministra del Trabajo. El hecho de contar con el respaldo de Eyzaguirre y, por lo tanto, de la Presidenta, le da una especie de derecho a todo dentro del gabinete", sostiene Vergara.

El triunvirato

Actualmente, además de Ana Lya Uriarte; Pedro Güell, asesor en el área de contenidos; y Haydée Rojas, jefa de prensa; formarían un "triunvirato" en cuanto a influencias sobre la Presidenta, sostiene Marco Moreno, decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Central. "Es el equipo más estrecho, el verdadero 'segundo piso'", agrega.

"La persona más incidente, desde mi perspectiva, es Pedro Güell", sostiene el analista Germán Silva.

Según plantea, él es el ideólogo del diseño a largo plazo del Gobierno.

"Tiene ese relato de la trascendencia de las reformas, es el autor intelectual de esto de que los frutos no se van a ver en el corto plazo (...) y ahí ha tenido un poder de influencia realmente alto", explica Silva.

Rojas, por su parte, "es una persona más de contención", agrega el analista. Es, sin lugar a dudas, de las más cercanas a la Presidenta. Está presente en todas sus actividades y viajes y ha sido parte del despliegue de Bachelet frente a los medios.

El problema de este círculo, según apunta Silva, es que "tiene ciertas características que procuran proteger demasiado a la Presidenta. No le dan autonomía para expresarse. Antes tenía una relación mucho más fluida con los medios y la ciudadanía. Hoy día está con un cerco".

El brazo político

En tanto, el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy "es el brazo político operativo del Gobierno", indica Morales, es quién está encargado de generar el vínculo con los partidos políticos de la NM, y agrega que "tiene una alianza bien fuerte con Víctor Maldonado (DC). Ambos buscan generar consensos con el PS y la DC, están conscientes de que el quiebre entre ambos partidos significaría salir con niveles de aprobación aún peores. No son visibles públicamente pero cuando habla Aleuy en el PS o Maldonado en la DC es como si estuviese hablando la Presidenta".

Fuente: www.pulso.cl